El mundo del vino a sorbos

En la economía de este país, como en la economía del mundo del vino, existen una serie de empresas que se hacen llamar familiares y que si bien no sabemos si este “apellido” les da un plus, pero de lo que sí estamos seguros es que ofrecen, a los amantes del vino, una visión diferente de este negocio.

Texto: Antonio Egido

 

En ‘rionegro.com.ar’ descubrimos la historia de una empresa familiar en Argentina, con el título “El vino, un proyecto familiar de exportación” cuyo relato comienza así: ““Describir un vino no es lo mismo que vivir la experiencia de beberlo. El vino tiene personalidad y carácter; por eso, mientras más se conozca de la cultura del vino, más se disfrutará de esta singular bebida”. Son las palabras de la reconocida sommelier Anneliese Von Quednow. Es también parte del arte que se respira en las entrañas de Bodega Miras en la ciudad de Cipolletti.

Su propietario, Marcelo Miras, es un conocido enólogo en nuestra región. Oriundo de San Rafael, en la provincia de Mendoza, se radicó en el Alto Valle en el año 1990 para trabajar en Humberto Canale. En el año 2002 se hizo cargo del proyecto de iniciar desde cero las Bodegas del Fin del Mundo, donde logró conformar un gran equipo de trabajo, y donde fue Gerente de Enología hasta diciembre del año pasado.

Bodega Miras es un sueño que nació en el año 2001. El reconocido enólogo danés Hans Vinding Dier era en ese momento asesor en Bodegas de Fin del Mundo e iniciaba la elaboración de lo que luego se convertiría en Bodegas Noemia. Vinding animaba a Miras a lanzarse con un par de barricas para compartir con familia y amigos, y así fue que comenzó la producción. Para el año 2005, el par de barricas se habían convertido en 6.000 botellas. Fue en ese año que toda la familia se incorporó al proyecto, y se conformó la empresa con la configuración actual. Pablo Miras, hijo de Marcelo está a cargo del área comercial . La producción alcanzó las 60.000 botellas en 2015 y esperan cerrar este año con más de 100.000 botellas”.

En la web de “vinosmalaparte.es” lo primero que encontramos es una filosofía  de vida: “El vino ha de ser el reflejo de algo, sencillo en sí mismo, que nos ata a la tierra como la cepa lo está a su vez al suelo. La perfección en su elaboración consiste en lograr que la técnica esté tan integrada en el vino que pase desapercibida y esto sucede cuando la mano del hombre consigue camuflarse en el vino de manera que parezca que las uvas no se han tocado, respetando los ciclos naturales y poniendo en valor los efectos diversos de la climatología sobre el viñedo y respetándolos.

Cuando caminas por el viñedo, en un segundo, te llevas prendido en la ropa para siempre el perfume de la aventura. El aroma del tomillo, lavanda, romero, olor a campo abierto, a tarde, a caza y a plumas. Y cuántos de esos aromas nos encontramos en el vino después de una primavera y un verano de convivencia con los pinos, cantuesos, espliegos, salvias, tomillos, jaras y siemprevivas.

Jaras de olor penetrante en verano. Los cantuesos son el adorno inseparable del monte bajo, hierba de San Juan, que inunda el aire con su aroma agreste. El espliego, entre el cantueso y la salvia, maravilla de virtudes, de fragancia fuerte y montaraz, que la convierte en sabroso aderezo. La salvia, en el pasado usada para calentar y aromar hornos, es otra de las entrañables sensaciones de nuestro campo. El tomillo de pedregal y erial, de profundo perfume, resinoso y esenciado. Las siemprevivas, delicia de paladares agradecidos.

El final del verano se acerca, las sombras de los pinos comienzan a ser alargadas. Es tiempo de vendimia”.

Cuando pasamos a la ventana de “La familia y el proyecto”, sabemos algo más de esta familia dedicada al mundo del vino y leemos “Mariano de Frutos siempre soñó con producir su propio vino en la histórica Villa de Cuéllar. En 1996 comenzó su sueño plantando 3,5 hectáreas de viñedo tempranillo en las antiguas parcelas de viñedo de sus antepasados.

Pero fue en 2004 cuando su sueño se hizo realidad con el nacimiento de la empresa familiar, Bodegas de Frutos Marín, y la comercialización de la primera cosecha.

La cosecha del 2007 se vinifica ya en las nuevas instalaciones de la bodega.

En la actualidad la bodega está dirigida por Elisa de Frutos, en el área comercial y Rubén Salamanca en el área técnica, formando un tándem perfecto para conseguir un seguimiento y control del vino desde el viñedo hasta su destino comercial, con una apuesta clara por el respeto al entorno, los ciclos naturales, la calidad y la diferenciación en todo este proceso”.

Y finalmente nos detenemos en la tercera web que nos ha ofrecido nuestro buscador, que nos muestra ‘economia.elpais.com’ en un artículo firmado por Miguel Ángel García Vega titulado “Una familia con vino en las venas”, y en el que leemos que “En los meses del estío, el sol en las tierras duras y pardas de Valladolid no hace rehenes. El astro cae a plomo sobre las personas, las piedras, los lagartos, las viñas. Mariano García —uno de los enólogos más prestigiosos de España— sabe que Castilla es una amante ingrata para las vides. Tan pronto da como quita. Calores extremos, fríos intensos. Poco importa. Así es su territorio diario. Lleva cuatro décadas —desde los tiempos en que abandonó la responsabilidad de elaborar Vega Sicilia— levantando un proyecto familiar.

Al igual que los grandes châteaux franceses o la mítica Romanée Conti, sabe que necesitará más tiempo. «Una gran bodega es un viaje de generaciones», admite mientras mira de soslayo el reloj. Quizá recuerde que todo empezó allá por 1978 en Tudela de Duero (Valladolid). En esas lindes concibió, con la uva tempranillo, un clásico del paisaje del vino: Mauro. Paradojas de la geografía (o terquedad de los agrimensores), sus viñas quedaron por pocos metros fuera de la Denominación de Origen (D.O.) de Ribera del Duero. Sin embargo, 37 años más tarde se desquita y cierra el círculo. Construye una bodega en la D.O., estrena un blanco (Mauro Godello 2014) y lanza a finales de 2016 un tinto que da réplica a su vino más caro: Terreus. De momento, Mariano García todavía no quiere aventurar su nombre, pero escribamos que en boca sabe antiguo”.

Son los primeros ejemplos de empresas familiares reunidas en torno al vino, aunque el buscador nos ha ofrecido 673.000 resultados a nuestra petición. Por ello, si le interesa saber algo más, le recomendamos tiempo, tranquilidad y un vino entre las manos. Todo será así más agradable.