El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
En un país, como este, en el que solemos ir muy a nivel individual, aunque poco a poco, vamos aprendiendo que conseguimos y conseguiremos más cuando nos unamos, cuando formamos equipo, cuando seamos piña… no me dirán que es algo extraordinario que muy diferentes colectivos, cooperativas, asociaciones, sindicatos y personas individuales de mucho peso en el mundo del vino, se unan en torno a un manifiesto. Y esto se ha producido para promover iniciativas en defensa del paisaje riojano. ¿No debería ser este uno de los objetivos principales, esenciales, vitales de esta Comunidad, desde el más simple de los políticos -que algunos lo son y mucho-, hasta el más capacitado de los agricultores?
Pues parece que, por ahora, no y han puesto sus firmas en este ‘Manifiesto en defensa del medio rural y agrario de La Rioja’: la Plataforma por el Progreso Sostenible de las Tierras Orientales de La Rioja, Bodegas Familiares de Rioja, Asociación Desarrollo Alto Cidacos, Paisajes y Viñedos, SENDA, ARAG-Asaja, UPA Rioja, UAGR-COAG, Cooperativa GARU, Cooperativa Interlocal Rioja Alta, Cooperativa El Cierzo, Comunidad de Regantes Sector 3º Tramo III del Canal de la Margen Izquierda del Najerilla, Partido Riojano-PR+, Bodegas Muga, Madres por el Clima La Rioja, Granja Nuestra Señora de Remelluri S.L., Zidamon Agro S.L., Vinos Gabriel Ameztoy, Ayuntamiento de San Torcuato, Ayuntamiento de Zarratón, la Federación de Cooperativas de La Rioja (FECOAR), Manifiesto en Defensa del Medio Rural y Agrario de La Rioja. Son Viñedos Valdemar, CVNE, Grupo Rioja y Love Rioja. A nivel particular se han unido a este manifiesto: Emilio Barco, Luis Vicente Elías, Álvaro Palacios, Isaac Muga Palacín, Telmo Rodríguez y María José López de Heredia.
Y en pocas palabras ¿que encierra este manifiesto? Pues principalmente que el Parlamento riojano -con todos nuestros representantes dentro- suspendieron temporalmente las disposiciones adicionales a la Ley de Ordenación del Territorio y Urbanismo de La Rioja aprobadas en 2021 y que protegían el paisaje cultural del vino y el viñedo, las concentraciones parcelarias, los terrenos agrícolas de regadío y los terrenos agrícolas de secano de alta productividad, dando vía libre a macroparques eólicos y fotovoltaicos, que ya gozan de la Declaración de Impacto Ambiental Favorable justo. Pero que siguen pendientes de la aprobación por parte de la Comisión de Ordenación del Territorio y el Urbanismo (Cotur), es decir de la consejera de Agricultura.
Lo que puede provocar -perdonen que no me ría- un enfrentamiento entre la Consejería de Sostenibilidad, Transición Ecológica y portavoz del Gobierno de La Rioja, Álex Dorado y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población, Eva Hita, ante lo que piden. Escuchando al consejero, en una televisión riojana, parece que está abierto a tener un debate público con las distintas plataformas en defensa del territorio, pero sin fecha, por ahora. Y si no debemos apuntar más alto, y ante un tema de vital importancia cara al futuro, debería convocar a unos y otros la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, que además es enóloga y suponemos -sin ratificar- que estará en favor del paisaje y mundo rural. Aunque no tengo mucha confianza de que esto vaya a suceder. De hecho, sé que hay diferentes asociaciones, entidades y colectivos que la mandaron cartas hace tres años y todavía no los ha recibido, pero en el mundo de la política todo puede suceder.
No obstante, lo bestial de los datos que aporta este manifiesto es que “La Rioja exporta anualmente un 30 % de la energía que produce a otras Comunidades Autónomas (media de los últimos 10 años). Los datos de Red Eléctrica Española indican que en este mismo periodo nuestra Comunidad ha generado un 73 % de la energía consumida mediante fuentes renovables. Otras comunidades, como Cantabria o el País Vasco, no llegan al 50 %, mientras que Madrid no llega al 5 %. El modelo energético se muestra aquí en toda su crudeza. Y nos preguntamos por qué el Gobierno de La Rioja sigue sacrificando nuestro patrimonio natural y agrícola, en vez de exigir al resto de comunidades que asuman el compromiso nacional con la transición energética”. Como puede pensar cualquiera, ahí lo dejo por ahora, esperando que antes de la toma de decisiones finales, exista una confrontación real de datos y que además sea público.