Natalia Olarte, Directora Viticultura – IDi Bodegas Vivanco
Texto: Redacción
De amplia sonrisa, observadora y sin medias tintas, esta jarrera inició su andadura en el mundo del vino hace 23 ‘vendimias’ en su querido Barrio de la estación de Haro. Su pasión por diseñar vinos en el viñedo, la comunicación y la transferencia del conocimiento la ha llevado a abanderar la lucha por poner en valor el paisaje del Rioja, a liderar proyectos de ingeniería de innovación en conservación de suelos y a transferir su conocimiento en todo el panorama nacional. Con su ‘lev motiv’ Haro, Paris y Londres, esta la ingeniera agrónoma amplió su campo de trabajo especializándose en innovación y se puso el mundo por montera para aprender viticultura y enoturismo en diferentes rincones del mundo.
– ¿Que es la Innovación para ti?
Innovar es una exploración continua del mundo del vino, un pozo sin fondo de aprendizaje. Hay que ir por la viña observando, escuchar a sus gentes, sentarte en un restaurante y estar con un ojo en lo que está pasando en las otras mesas, que vino elijen, con que lo maridan, que sonidos lo acompañan. ¡Es una curiosidad no hay dos personalidades iguales, que reaccionen igual para un mismo tipo de vino! A mí eso me parece fascinante a la hora de entender cómo generar micro momentos en torno del vino, abordar retos presentes y futuros. ¡Creo que sin eso sería imposible, disfruto cada día de ello, de sus gentes, de sus historias, de las cosas sencillas y de seguir aprendiendo!
– El mundo del vino todo está evolucionando ¿Cómo ves a las mujeres?
Las mujeres son figuras muy importantes en la creación y desarrollo del Rioja desde los primeros vestigios de la Denominación. A la vista está todas las mujeres que han pasado este mes de marzo por las jornadas ‘Las Mujeres del Rioja’, de todas las disciplinas del sector. Sin olvidarnos de mentar a las pioneras retratadas en los fondos cedidos al Centro de la Cultura del Rioja (CCR) del Museo Vivanco de la Cultura del Vino donde se aprecia el relevante papel que ha tenido la mujer a través de la cultura del vino. Para mí, todas ellas son muy inspiradoras.
Tengo fe en las nuevas generaciones, son decididas, rasgan barreras y tienen muy buenos referentes. Siento que hay un cambio de mentalidad y una sensibilidad diferente a la hora de acercarse al consumidor, al viñedo, a la tecnología, a la creación de nuevas líneas de vinos, y a toda la cultura que rodea el Rioja. Se ha roto el estereotipo de que al mundo del vino solo llegan técnicos en enología y laboratorio.
– ¿Qué emociones te genera trabajar con la viña?
La viña genera muchas emociones y sentimientos, muchos más de lo que te puedas imaginar. Hay que entender que dependemos exclusivamente de la naturaleza, y esta puede llegar a ser salvaje en ocasiones. ¡Estas en un continuo torbellino de idas y venidas! Con el tiempo aprendes que hay ciertos fenómenos que ocurren por que forman parte del ciclo natural y hagas lo que hagas van a terminar sucediendo, se trata de respetarlos y sacar un buen aprendizaje de todo ello.
– Entonces tu trabajo implica aprendizaje constante.
Absolutamente. Aprendo de los compañeros, de los clientes, de los viticultores, de los sumilleres, del ecosistema de profesionales que rodean al vino. Todos los días son diferentes, hay cosas nuevas y eso es maravilloso.
– Elige un vino y alguien con quién lo beberías.
Es difícil ya que por suerte me han acompañado muchos a lo largo de mi vida y si algo he aprendido es que “el mejor es el que te has bebido”, el que empiezas una botella y termina vacía, y te pide abrir otra. Lo importante no es solo elegir los vinos, sino las personas con las que disfrutar de los momentos únicos que se producen en torno a ellos.
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