Detalle del cuadro La última cena es una obra del pintor Juan de Juanes, pintada entre 1555 y 1562.

El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido

Nos acercamos a una Semana Santa atípica, como casi todo lo que viene sucediendo en nuestras vidas desde hace un año, y con ese motivo le hemos pedido a nuestro buscador que nos acerque las visiones que, sobre el vino, aportan diferentes textos sagrados…

El primer enlace que nos ofrece es el de ‘catadelvino.com’ que con el título de ‘El vino como símbolo cultural y religioso de la historia’ nos dice que “Una de las mayores muestras de la importancia del vino en la cultura, sobre todo en la cultura mediterránea es el cómo ha llegado a formar parte de los símbolos más importantes a lo largo de la historia, sobre todo a las religiones.

El vino era un producto consumido por la nobleza y relacionado con las diferentes religiones, ya que había divinidades específicas que protegían los cultivos; desde el Soma védico, el Sabazio tracio, el dios egipcio Osiris y el Amón de los libios.

En la religión griega, el dios Dionisos le entrega la planta de la vid a Ampelo quién enseña el cultivo a los hombres. Al dios del vino se le representa ornado con los racimos y las hojas de la vid, y es un dios contradictorio que produce placer y dolor. Muchas veces el dios va acompañado de Sátiros, Ménades y Bacantes; y así lo veremos representado en la época clásica y hasta llegar el siglo XVIII.

La adaptación romana del dios griego es Baco con similares virtudes. Las fiestas relacionadas con este dios estaban vinculadas con el ciclo del cultivo de la vid.

La religión clásica y las anteriores de corte politeísta sacralizaban el vino, bien por su origen o por su vinculación con el poder, en muchos casos de reyes-sacerdotes. Pero la implantación de la religión monoteísta también concede un papel muy importante al vino.

En la Biblia se cita el vino, su cultivo, elaboración y consumo más de 150 veces. La vid en ese libro sagrado hace referencia a la Tierra Prometida, al ser un cultivo plurianual y continuado que precisa de población estable e instalada, no nómada como lo era anteriormente el pueblo de Israel. La tierra prometida, en el libro sagrado, de Canaán es pródiga en viñedos y sus frutos son de enorme tamaño, como los que se presentarán en pinturas, relieves y fiestas en toda la Europa cristiana, y que también describe Estrabón en zonas de Armenia.

En la normativa que la Biblia da a los judíos, existen numerosas reglas, ya que tanto el fruto como el vino son muy importantes en la alimentación y en los rituales.

El consumo de vino en las fiestas hebreas, va acompañado de bendiciones rituales al comienzo de cada comida y sobre todo en la cena del Sabat, al atardecer del viernes. Sobre una mesa cubierta con manteles limpios se coloca el pan y el vino, en recuerdo del maná y de los racimos de uva. A lo largo de la cena ritual se bebe vino en cuatro ocasiones.

La Biblia, como libro sagrado pero también recopilación de normas, castiga el abuso del vino, aunque se dan varios casos, en la obra reflejados”.

En ‘decataencata.com’ se refieren al Corán indicándonos que “En el Corán la palabra “Jamr” es utilizada para referirse a las bebidas alcohólicas. En un principio se concibió como zumo fermentado de las uvas. Luego se aplicó por analogía a toda bebida fermentada en especial a cualquier bebida o droga que embriaga.

Sabido es que las bebidas alcohólicas están clasificadas en dos grandes grupos:

Aquellas que están producidas mediante la destilación para conseguir licores como es el caso del whisky, el brandy o la ginebra.

Aquellas producidas únicamente mediante fermentación como el vino, la cerveza, el ale y parecidos.

En esta discusión prohibitiva por parte del Islam se incluyen ambos grupos.

La historia de las bebidas fermentadas tiene su origen ancestral en la edad de piedra y probablemente antes.

Alcohol es una palabra de origen árabe. El término árabe original “alghool” significaba fantasma o espíritu maligno. En el año 800 dC, el alquimista árabe Ibn Jabir Al-Hayyan (conocido en el mundo occidental como Geber), debió de sugerir este nombre por sus efectos más marcados.

Etmilogía

La Enciclopedia Británica en 1966 menciona que “generalmente se acepta que la palabra alcohol es una derivación del árabe kuhl, koh´l, o kohol que significa “polvo muy fino”. Alkohol, o polvo fino, referido usualmente a un sulfato de antimonio sutilmente pulverizado que se utiliza en cosméticos para sombrear los párpados. Poco a poco la palabra (alkohol) vino a significar esencia. El verbo árabe “Jamara” significa básicamente cubrir mientras que “Jamira” indica la noción de fermentar. Así, “Jamr” (bebida fermentada) supone cubrir u oscurecer la claridad de pensamiento de un individuo haciéndole así actuar sin un proceso de pensamiento lógico.

En los días de Muhammad, el Profeta de los musulmanes, la base de las bebidas alcohólicas eran las uvas, los dátiles, el trigo, la cebada y la miel. Aunque en la actualidad el alcohol se puede preparar con cualquier otro elemento, todavía se considera prohibido porque embriaga a la gente. El Islam enfatiza los efectos del alcohol sobre las personas y no el origen del alcohol.

Todos los musulmanes a lo largo de la historia dicen y creen que el alcohol está prohibido en el Corán y por lo tanto en el Islam en general”.

Y finalmente nos fijamos en el anuncio de un libro que se refiere a ‘La vid y el vino en las religiones politeístas del Meditarráneo’ firmado por David López Lluch y Maricen Molina Huertas, cuya reseña es la siguiente: “Son muchos los objetos o productos que tienen un especial significado para el hombre. La alimentación es, quizá, la función humana que más simbolismo produce. Dentro de ella, el vino, y por extensión, la vid, son dos de los más importantes. El vino se asocia al amor y al desamor; a la alegría y a la tristeza; al éxito y al fracaso. Es elemento indispensable en el cultivo del espíritu, los negocios, la guerra y la paz. Las implicaciones sociales, sentimentales y morales del vino originan un mar de costumbres que impregna nuestra vida. Pocas bebidas expresan mejor el componente afectivo o lúdico en las civilizaciones mediterráneas. El vino tuvo de inmediato un simbolismo que sigue vigente y es elemento indispensable en fiestas y celebraciones de todo tipo. Es protagonista de ritos religiosos y de banquetes místicos junto a productos como el agua, el aceite o la miel. En este trabajo intentaremos ver cómo el hecho religioso, que también acompaña al ser humano desde sus orígenes, estableció una provechosa simbiosis con el vino. Haremos un pequeño recorrido de esta misma relación con las religiones de la antigüedad en el Mediterráneo. Nos detendremos en Dioniso, Baco y Liber Pater”.

Un asunto que no deja de tener su interés, también relacionado con la cultura y que puede ser motivo de reflexión en estos próximos días de descanso. Al mismo tiempo de disfrutar de un vino de calidad, si así lo decide.

 

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