El mundo del vino a sorbos

Durante la presencia de Ferra Adrià en nuestra comunidad para recibir el Premio Prestigio Rioja 2013, habló mucho y bien de muy diferentes conceptos sobre el vino, muchos de ellos con un desarrollo de futuro como es la consideración de que el vino no es una bebida sino una elaboración, lo que le llevó también a la percepción del vino en la cultura occidental y en la cultura oriental afirmando que a través de la gastronomía esta elaboración está presente ya en países como China lo que va suponer una revolución de los mercados. 

 

Texto: Antonio Egido

Ello nos ha llevado a preguntarle hoy al buscador sobre el vino en Occidente y Oriente, y como respuesta nos ha dado 5.890.000 resultados aunque siempre nos quedamos con las primeras páginas, como en ‘alambique-x.blogspot.com.es’ donde se afirma que el vino es un “legado de Oriente a Occidente” e incide en el tema histórico para recordarnos que “En los territorios de lo que hoy es Irán, se ubican los vestigios más antiguos  -unos 5000 años a.C.- de las primeras vides cultivadas. Este hallazgo se sitúa geográficamente en las montañas Agros, en los yacimientos arqueológicos de Hajji Firuz Tepe, allí se encontró  una vieja vasija de barro con residuos de vino en el fondo, como si se tratase de una milenaria capa pintura. Pasarían siglos, por no decir milenios hasta que el cultivo de la vid se extendiera a los cuatro puntos cardinales del planeta; lo paradójico es que debido a los divergentes contenidos ideológicos, incorporados en las múltiples cosmovisiones políticas del mundo, el arte y la cultura del vino tomaría senderos opuestos en nuestra era contemporánea.

En la actualidad y desde hace bastante tiempo, muchos Estados de Oriente Medio, se encuentran administrados por gobiernos autoritarios de orden teocrático, estos imponen un proyecto de sociedad altamente influenciado por las creencias religiosas de la clase gobernante”.

Algo parecido nos encontramos en ‘bolivia.diariocritico.com’ donde el politólogo Romano Paz, nos hacen un retrato del inicio de la historia del vino para quedarse luego en esta reflexión: “En la actualidad y desde hace bastante tiempo, muchos estados de Oriente Medio, se encuentran administrados por gobiernos autoritarios de orden teocrático, estos imponen un proyecto de sociedad altamente influenciado por las creencias religiosas de la clase gobernante. En varias de estas regiones el consumo de alcohol puede ser considerado ilegal y es un delito que se paga incluso con la cárcel. Debido a esto la comercialización de bebidas espirituosas muchas veces la realiza el mercado negro, esta situación ha limitado y restringido de manera considerable el florecimiento de la producción vitivinícola en la cuna de su nacimiento. Por citar un ejemplo; Durante más de medio milenio de conquista de la Península Ibérica –España y Portugal- a manos de los Moros, el culto musulmán impuesto a los lugareños, redujo a la clandestinidad la producción de vino, la uva solo se podía cultivar para consumo fresco”. 

Pero como siempre hay un espacio para la esperanza finalmente encontramos en ‘sabrosia.com’ un análisis que nos sorprender desde su título: “El vino es a Occidente lo que el té es a Oriente”, y que tiene este desarrollo: “En la actualidad el mundo se hace cada vez más y más pequeño gracias al desarrollo de las comunicaciones y del transporte y por esto es que hoy en día estas dos bebidas íconos de Oriente y Occidente se comparten. Por lo mismo en China el consumo de vino en volumen ha aumentado en un 27,7% este último año,  mientras en Chile el gasto en té aumento en un considerable 37%. La preocupación por la salud y los incontables estudios que universidades en todo el mundo hacen para demostrar los beneficios del té, han hecho de esta bebida mucho más popular, pero si lo pensamos bien, ¿no pasa exactamente lo mismo con el vino? Cada día hay otro grupo de universidades demostrando lo saludable que es acompañar nuestras comidas con la bebida proveniente de la vid, por lo que ambas bebidas no sólo se topan en la forma de vivir su historia y de evolucionar, sino también en sus propiedades.

Pero no todo es salud e historia ni cifras financieras, también es cultura, es interacción, ya que el vino es una bebida social, que insta a la conversación, a la reunión, por lo mismo las botellas de vino son de 0,75 cl. para poder compartirlas, y por la misma razón una tetera promedio rinde 4 tazas, porque al igual que el vino, el té también es una bebida social, que nos junta y nos hace compartir, hecho demostrado empíricamente a través de la clásica hora del té o de la once chilena”

Lo bueno de todo esto es que Oriente se abre al mundo del vino poco a poco y por ello a nuevas posibilidades de negocio, en algo que, no lo olvidemos, es una elaboración, pero no solo una elaboración…