El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
En la semana pasada he acudido a dos citas muy diferentes pero que no niego que a mí me han parecido complementarias. Por un lado, a la presentación de la Memoria del 2021 del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, en el restaurante Aitor Esnal de Logroño. En la segunda, a dos interesantes mesas redondas sobre poesía, narrativa y vino, en el Museo Dinastía Vivanco.
De la primera destacar que la modernidad se impone y los principales datos del año 2021 están resumidos en 8 páginas en un folleto del mismo tamaño de las memorias de toda la vida en papel, al que incorporan un código QR en su última página para poder descargarse las páginas. Aunque manteniendo las distancias, y por ello, organizadas las mesas en pequeños grupos de comensales, tuvo sus momentos más jugosos con el intercambio de impresiones sobre el estado actual de esta Denominación que sigue siendo la principal de todas las denominaciones de este país y varias del mundo del vino. Y en ese intercambio de opiniones, antes de tomar el café, hubo un diálogo en voz alta tanto con el presidente del Consejo Regulador, como con su director general. Precisamente él destacó que según la Memoria del año pasado, este se trata de un negocio al que están apuntados 14.300 viticultores, y que tiene que dar de comer no solamente a ellos sino a sus familias, por lo que llegó a la conclusión de que mucha población de las tres Comunidades que pertenecen la Denominación, deben seguir viviendo de ello y además deben hacerlo bien y no malviviendo. Como pueden apreciar, no le he puesto comillas a las frases porque no dejan de ser una interpretación de este periodista, pero que se acerca mucho a la realidad. Lo que es absolutamente una certeza es que el consejo debe velar, y promover, que la realidad sea así. Es decir, estamos hablando de un negocio puro y duro que da y debe seguir dando de comer cada día a muchos viticultores y también productores, a pesar -esto lo añado yo-, de los aumentos de los costes de producción, de lo que supone y supondrá algo conocido como el cambio climático o de la invasión de los mares de viñas de unos molinos de energías renovables que no son precisamente a los que se enfrentaba El Quijote.
Sobre la segunda cita, indicar que la Asociación Riojana de Escritores (ARE) citó al salón de actos de Bodegas Vivanco, a Esther Novalgos, Santiago Vivanco y Sonia San Román, teniendo como moderador a José Luis Pérez Pastor, para hablar de poesía y vino y seguidamente, a Andrés Pascual que ha publicado las novelas ‘A merced de un dios salvaje’ y ‘El beso del ángel’; Óscar Soto con ‘La sangre de la tierra’ y a Sergio H. Pastor, autor de ‘La criadora’, fijando y abordando el mundo del vino desde la perspectiva de la narrativa, moderados por este periodista. Resultó, obvio decirlo pero al mismo tiempo destacarlo, que esas dos mesas redondas resultaron muy interesantes por la cantidad de información que se pudo trasmitir a unos interesados espectadores. Pero vamos a lo esencial. Preguntados unos y otros autores por las transcendencias reales de aquello que escriben, que al fin y al cabo son una serie de relatos que trabajan durante mucho tiempo abordando, cada uno de ellos, con su personalidad, relatos muy diferentes, cuando no diametralmente opuestos, y variados puntos de vista para entretener al lector… en el mundo real, todos concluyeron en que a eso se llama cultura, sea en poesía o en narrativa, y que efectivamente provoca en el lector, unas inmediatas ganas de viajar y conocer lugares con bodegas, asistir a una cata o encontrarse con la realidad expresada en palabras… es decir, eso que ahora llamamos enoturismo. La cultura, en general, aporta curiosidad y cuando se maneja a la perfección supone, también, negocio, sin olvidar que el desarrollo del espíritu crítico es esencial para el desarrollo de la persona.
Por todo ello, no nos abandonemos a la idea de que el mundo del vino -muchas veces exagerado porque se quiere llevar a su máximo esplendor- es un negocio que da y tiene que seguir dando de comer a muchas familias de esta y otras denominaciones de Origen, pero que también hay su aprovecharnos e incorporar al mundo de la cultura con el que el mundo del vino, no lo duden, marida a la perfección.