El mundo del vino a sorbos
Lo que conocemos como ecología –“la ciencia que estudia a los seres vivos, su ambiente, la distribución, abundancia y cómo esas propiedades son afectadas por la interacción entre los organismos y su ambiente”- se tiene que acabar convirtiendo en este país, también, en un valor añadido de cualquier tipo de producto que nos llevamos a la boca, y entre ellos está el vino.
Texto: Antonio Egido
Pero como bien se afirma en la página ‘guiapenin.com’ la ecología tiene también sus ‘peldaños’ que vamos a repasar con relación al vino. “En lo más bajo del escalafón tenemos la enología industrial que si cambiásemos al nombre de enología tradicional seguramente sonaría más sugerente. Se trata de la forma convencional de elaborar vino, la práctica totalidad de los vinos que se comercializan en el mundo. Esta enología tradicional no renuncia a aplicar los avances en viticultura y enología, de hecho es consciente de que muchas técnicas respetuosas con el medio ambiente son inevitablemente beneficiosas para el vino”.
“Los vinos ecológicos, el siguiente peldaño, cuentan con una legislación comunitaria (europea) que define cómo se ha de trabajar la viña, quedando legislada la forma de producir uva y no la forma de elaborar el vino, si bien en España se estableció uno de los primeros acuerdos en esta materia (actualmente derogado). La normativa para la producción de productos ecológicos en este aspecto es, por supuesto, más “vinculante” que la de los vinos tradicionales, ya que existe un listado de productos que no pueden ser usados en el campo para el desarrollo de las plantas. El grado de implicación de la bodega con el medio ambiente está ahí. Aunque no es ni mucho menos una entrega total al cuidado de la naturaleza, es un paso positivo para aquellos que creen en la importancia de ser respetuosos con la mano que les da de comer: la tierra, al tiempo que se le extrae cierto rédito económico”.
“Los vinos biodinámicos van más allá. Uno de los grandes defensores de ésta filosofía medioambiental, el norteamericano Andrew Christopher Lorand, destaca la interrelación de suelos, plantas y animales como un sistema de nutrición casi autosuficiente, en el que se crean de forma natural los remedios, fertilizantesy tratamientos que necesitará cada cepa. En este sentido, resulta indispensable recurrir al libro El Vino del Cielo a la Tierra, de Nicolas Joly, para entender cómo poner en práctica la biodinámica en el viñedo. La biodinámica tiene en cuenta la astrología mediante un calendario lunar que marcará las fechas para realizar los diferentes trabajos sobre el viñedo”.
“Y llegamos a los vinos naturales, el último eslabón de la ecología en el viñedo. Este tipo de vinos llevan cerca de cuatro años buscando su reconocimiento, si bien todavía queda mucho camino por hacer para que este reconocimiento llegue. Se trata casi de una filosofía de vida que busca ser lo menos intervencionista posible tanto en la viña, como en la bodega, de forma que el vino resultante sea el fiel reflejo de una determinada zona, un suelo y un clima determinado, evitando acciones que puedan alterar esta personalidad por parte del hombre”.
Artículo muy esclarecedor al que debemos sumar el Acuerdo de la Conferencia Sectorial de Agricultura de las CCAA y del MAPA de 23 de octubre de 2006 que podemos leer, en todo su desarrollo y por ello de forma completa, en la dirección ‘larioja.org/upload/documents/447329_vino_eco.pdf’ y que en su primer párrafo nos sitúa en la legislación vigente, que además es muy estricta para que cuando consumamos un vino ecológico sepamos la legislación que el agricultor ha tenido que cumplir: “Las presentes normas técnicas de elaboración de vino, se basan en criterios de calidad y en los principios de la producción ecológica, fundamentándose en el Reglamento (CEE) nº 2092/91 del Consejo, de 24 de junio de 1991, sobre la producción ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimentarios, y en el Reglamento (CEE) nº 1493/1999 del Consejo, de 17 de mayo de 1999 por el que se establece la organización común del mercado vitivinícola, así como las disposiciones de aplicación y desarrollo derivadas de ellos”.
No en vano, el vino ecológico, como cualquier producto ecológico, es el futuro, aunque en España vayamos al rebufo de muchos países civilizados.