El mundo del vino a sorbos

Las elecciones autonómicas y locales del 24 de mayo trajeron al final de la noche, motivos suficientes para brindar con vino, o no, y en algunos casos para hacer brindes. Hoy le hemos solicitado al buscador de Internet que nos dé resultados para saber más de lo que es y suponen un brindis.

En ‘funjdiaz.net/folklore’ se refiere al brindis como poesía popular  afirmando que: “En nuestra lengua brindis es la acción de brindar y también lo que se dice al brindar; en este segundo sentido puede consistir en una simple exclamación (¡Salud! es muy usada y antigua, como después veremos), en una alocución espontánea e improvisada, o en un discurso poético conocido de memoria por quien brinda.

Tanto la costumbre como las palabras brindar y brindis son de origen alemán -Ich bring dir’s, te lo ofrezco- y se introdujeron en España a mediados o finales del siglo XVI. A principios del siguiente eran vocablos de uso común y los recoge D. Sebastián de Cobarruvias en su “Tesoro de la lengua Castellana o Española”, publicado por vez primera en 1611, como brindar y brindez. De las palabras de Cobarruvias se deduce la procedencia germana, su reciente incorporación al castellano e incluso que también se usaba la forma francesa yo bebo a V. M., lo que ha dado pie para que algunos piensen en un origen francés.

Son bastantes los autores del siglo XVII que hacen uso del neologismo, y nos informan, de paso, sobre aspectos del brindis. En las obras de D. Francisco de Quevedo encontramos alusiones a su lugar de procedencia; en el “Libro de todas las cosas”, dice: “Alemán y Flamenco es lengua breve, pues se aprende en un brindis, gotis, guen, garhau…”. De entre las numerosas alusiones que hay en sus obras poéticas, citamos unas pocas; en el romance burlesco “Censura, costumbres y las propiedades de algunas naciones”, escribe: “…que ya los brindis del Tajo no le deben nada al Rhin”.

En ‘wikipedia.org’ encontramos la descrpción general del brindis que es la siguiente: “El acto del brindis se divide en tres partes. El brindis verbal, el acuerdo y el trago simbólico. En la parte verbal una persona indica una razón para el brindis. Esta puede ser tan simple como “¡Salud!” o “¡Por los aquí presentes!” o tan compleja como una anécdota seguida de una declaración de buena voluntad (por ejemplo: “deseo que vuestra unión dure para siempre”). Todos los presentes ratifican lo dicho levantando sus copas en el aire, lo cual a menudo se acompaña de sonoros gritos o murmullos de aprobación, ya sea repitiendo las palabras del brindis (“¡Salud!”) o confirmando el sentimiento en términos como “¡Por los novios!” o similar, a lo cual sigue el choque de los vasos o copas con el del resto de las personas a su alcance. El trago es una forma de confirmar el deseo y no importa si es un pequeño sorbo o un gran trago”.

Finalmente en ‘tierraoral.blogspot.com.es’ su autor Pep Bruno nos recuerda que en ciertas festividades familiares su mujer y él preparan una serie de brindis que en el momento más oportuno que nos las proponen:

“Una vieja fue a Zaragoza
y vino moza,
vino, moza,
¡vino, moza!

 Si la vaca se llama Vengalva,
¿cómo se llama el chotino?
Vengalvino,
pues ¡venga el vino!

¿Este vino es de Aragón,
de La Rioja o Tomelloso?
Como está indocumentado,
me lo meto al calabozo.

Dicen que del Cielo vino
la semilla de la cepa;
siendo el vino tan divino,
bebamos cuanto nos quepa.

El vino blanco es mi primo,
el tinto, mi pariente,
no hay bodega en el Bierzo
donde no encuentre a mi gente”.

Al fin y al cabo se trata de una muy buen costumbre que no deberíamos perder en ciertos momentos de nuestra vida. Por ello, vaya un final de texto con sencillo brindis incluido: “¡Va por ustedes!”.