El Descorche de La Prensa del Rioja

Texto: Javier Pascual

El precio de la uva ha hurtado el protagonismo de la vendimia a la propia uva. La preocupación existente en el sector vitivinícola por los efectos de la irregular climatología sobre la calidad de la cosecha se ha visto sobrepasada por el impacto económico de unas cotizaciones de materia prima sorprendentes para unos, desmesuradas para otros y peligrosas para los más, pero difícilmente entendibles por casi nadie. En este proceloso mar de los economistas hay que destacar los primeros síntomas de una tendencia que acabará imponiéndose a corto: se empieza a primar la calidad de la uva de forma significativa, atendiendo incluso a la edad de los viñedos y rendimientos por hectárea. Por primera vez hemos podido ver la referencia a un precio más elevado para uvas de viñedos viejos en los tradicionales carteles de oferta de compra de uva que algunas bodegas colocan por los pueblos de la Denominación”. Si no fuera por esta pista de los carteles con precios de la uva, cualquiera podríamos pensar que lo escrito más arriba se corresponde con la más rabiosa actualidad. Sin embargo, el párrafo está extraído del editorial del nº 110 de esta revista, titulado “La magnánima vendimia del ‘98: más uva de mejor calidad a más alto precio”. El artículo finalizaba diciendo que “la vendimia ‘98 ha sido finalmente magnánima, se confirma una mejor calidad media que el pasado año y se disparan las cotizaciones de la uva ante la incredulidad de los propios viticultores y el vértigo de no pocos bodegueros”.

Es decir, la ley del péndulo en su máxima expresión. Una situación diametralmente opuesta a la que actualmente se respira en el sector. Porque ni entonces ni ahora se dirimían los precios de la uva como una cuestión de lucha de clases, discurso endémico de un sindicalismo agrario que no acaba de asumir el papel de empresarios productores de materia prima que juegan sus afiliados, condenados a entenderse con las bodegas comercializadoras y viceversa en el marco contractual que debe regir la relación cliente-proveedor. Probablemente, aquel periodo de expansión de la cultura del vino y de incremento del consumo del vino de calidad que se vivió durante la segunda mitad de los años noventa en países como Estados Unidos fuera el factor decisivo en la fijación de precios, del mismo modo que ni siquiera una cosecha corta y de calidad como la de 2025 ha desatado el furor comprador ante las incertidumbres que llegan de los mercados internacionales. Como ya hemos hecho en otras ocasiones, este ‘juego de la memoria’ (¡maldita hemeroteca!) permite poner en perspectiva la evolución del sector.

Los resultados no siempre son positivos, pero es precisamente ese ‘reconocimiento’ de los aciertos y errores lo que ha permitido a las gentes del Rioja avanzar y seguir liderando al sector en España. Las cuarenta cosechas de La Prensa del Rioja ofrecen una crónica que puede resultar muy pedagógica y de gran utilidad para quienes prefieren ir un paso por delante y no basar su aprendizaje en tropezar con la misma piedra que sus antecesores. Esta contribución al ‘saber hacer’ de los profesionales del sector, sería una faceta más de la aportación que esta revista ha venido haciendo durante cuatro décadas al progreso de la DOCa Rioja. Y que tiene vocación de seguir haciendo, sobre todo en lo que ha sido su principal misión desde que un 10 de octubre de 1985 se presentó el primer nº en la sede del Consejo Regulador: contribuir a la construcción de la imagen de marca y al prestigio que el vino de Rioja ha alcanzado en todo el mundo.

 

Publicado en nº 252 de La Prensa del Rioja

La Prensa del Rioja – 252