El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
No debemos ocultar que el mundo del vino es fuente de inspiración, y por ello, no paran de surgir iniciativas que al final consigan atraer al mayor número de personas a los maridajes, entre los que nuestro buscador nos ofrece uno que, por lo visto, viene causando estragos: el llamado maridaje sonoro.
Entramos en ‘vinoscutanda.com’ donde leemos que “Un informe realizado por la Universidad Heriot Watt de Edimburgo, liderado por el psicólogo y profesor Adrian North, confirma científicamente que la música influye en el sabor del vino.
(…) Este estudio demuestra la relación entre vino y música y afirma que existe una música indicada para cada tipo vino. Según los sonidos que se escuchen en el momento de la cata, cambiará de un modo u otro el sabor y nuestra percepción del vino. Una de las investigaciones realizadas para el estudio se desarrolló en los supermercados, demostrando que las personas son cinco veces más proclives a comprar vino francés si se utiliza música ambiental con acordeones. Llegados a este punto, podemos hablar del surgimiento de un nuevo concepto de maridaje, el maridaje sonoro. De ahora en adelante, entra en acción una tercera variable que provocará la fusión perfecta entre gastronomía, vino y música y dará lugar a experiencias inigualables.
A tal vino tal música
Algunas de las sugerencias que propone este informe en relación a los distintos tipos de vino son las siguientes.
– El mejor acompañamiento de una copa de cabernet sauvignon es la música fuerte y poderosa. El estudio sustenta que este tipo de música, hace que percibamos el vino un 60 % más fuerte, rico y robusto que cuando no hay música en el ambiente. Algunas de las sugerencias para acompañar a este tipo de vino, son canciones de los grandes del Rock como Jimi Hendrix, The Rolling Stones o The Who.
– Para degustar un merlot, la mejor opción es recurrir a melodías de Soul y R&B, o incluso música en acústico con acompañamiento de guitarra.
– Para un buen chardonnay, quedan mejor los ritmos refrescantes y alegres que nos traen algunas canciones con toques Dance o de música Disco.
– Para los que elijan un buen syrah, lo más recomendable es dejarse llevar por melodías de música clásica y canciones como Nessun Dorma de Puccini, o por bandas sonoras tan potentes como Chariots of Fire de Vangelis.
La asociación de vino y música cada vez está más de moda; cada día encontramos más iniciativas de maridaje sonoro entre la parrilla de eventos de nuestro país. En las llamadas muestras de vino y música, las mejores catas de vino están acompañadas por conciertos de todo tipo, pudiendo disfrutar de muestras de jazz y música clásica o de auténticos conciertos de rock. El maridaje sonoro se ha convertido en una gran apuesta de Enocultura, llegando a convertir una cata de vino en auténticas sesiones de Musicoterapia”.
En ‘tecnovino.com’ leemos que “Una de las últimas tendencias en el disfrute del vino es el maridaje sonoro. La música y el vino comparten esa capacidad de hacernos sentir. Lo que escuchamos puede influir en lo que sentimos e incluso en el sabor del vino que se esté degustando en ese momento. Así, para asegurarnos que la elección es la acertada, desde Vinissimus nos sugieren cinco maridajes sonoros cuya experiencia multiplicará la sensación de placer que nos evocan ambas creaciones.
(…) Adele, Someone Like You (live at the Royal Albert Hall 2011): Adele es siempre intensa y emocionante, y en esta ocasión canta desde el dolor de la pérdida, con la nostalgia del verdadero amor que se fue. La letra de la canción dice que “a veces el amor duele, a veces perdura”, evocando el juego entre lo dulce y lo amargo, como sucede con la fruta y las duelas tostadas de las barricas del Viña Tondonia Blanco Gran Reserva 1981, un vino que defiende un estilo que muchos daban casi por perdido y al que se echaría mucho de menos si algún día grandes bodegas como Tondonia dejaran de elaborar.
Metallica, Enter Sandman (live in Nimes, 2009): ritmo, energía, bajos, batería, siempre con las pulsaciones muy arriba, metiéndose a todo el público en el bolsillo entre fuegos artificiales y acordes estridentes. Algo intimidante inicialmente, embaucador y oscuro, como la pulpa de la garnacha tintorera, como La Atalaya del Camino 2016, un vino tinto de gran volumen, color e intensidad aromática, impactante de inicio, imprescindible tras unos sorbos.
The Cranberries, Ridiculous Thoughts: la fuerza de la feminidad, una voz, una personalidad que desmonta el pensamiento ridículo de asociar forzosamente lo femenino con lo débil o delicado, tal y como suele suceder con la uva garnacha. En memoria de la gran Dolores O’Riordan se ha escogido un vino que es también una oda al carácter de una tierra tan preciosa, y en ocasiones tan dura, como su Irlanda natal: la Sierra de Gredos. El Hombre Bala 2016.
The XX, Crystalized: jóvenes, llenos de luz interior, vibrantes, tenues, pero intensos. Aparentemente escondidos tras una nube como la que luce en la etiqueta de Cloudy Bay Sauvignon Blanc 2018. Recién llegados al panorama musical y arrasando, tal y como sucedió con los vinos de Nueva Zelanda, conquistando desde la pureza, desde la esencia. Cloudy Bay se ha convertido en muy poco tiempo en un vino referente a nivel mundial, tal y como está sucediendo con la energía y el encanto de los chicos de The XX.
Nirvana, All Apologies 1993, MTV Unplugged in NY: voz grave y seca, brut nature, conectando con su entorno al más puro estilo biodinámico, integrando todos los elementos para crear un ambiente único. Un concierto básico, como el vino elaborado simplemente con lo que la naturaleza ofrece, sin artificios, cálido y envolvente como el sol que menciona la canción, como la misma chaqueta de Kurt Cobain. Recaredo Brut de Brut Finca Serral del Vell 2009 un vino para beber y disfrutar de la sobriedad, sin disculparse por ello”.
Sea como sea, vamos a ser siempre responsables y disfrutar de un vino de calidad con responsabilidad.