La Cofradía del Vino de Rioja ha renovado la junta de altos dignatarios, que a partir de ahora estará presidida por Pedro Crespo Mangado, dando así el relevo al que ha sido Gran Maestre durante dos mandatos de cuatro años, Javier Gracia. En la asamblea anual celebrada el pasado sábado 29 de enero en la sede logroñesa de la Cofradía se procedió a proclamar por unanimidad la única candidatura presentada, que integra varios miembros de la anterior directiva, poniéndose de manifiesto la gran labor realizada en estos años ciertamente difíciles para todos y el entusiasmo con que el nuevo equipo aborda la etapa post-COVID, llena aún de incertidumbres. Todos los asistentes mostraron con reiterados aplausos el agradecimiento a Javier Gracia y su equipo por dejar a la entidad en una situación saludable, tanto desde el punto de vista económico, como por el sólido prestigio que la institución ha adquirido dentro y fuera de La Rioja.
Las primeras palabras del nuevo Gran Maestre, Pedro Crespo, “en un día de emociones, algunos nervios y un gran sentimiento de responsabilidad”, fueron precisamente para “en nombre de todos los compañeros cofrades que me han dado su confianza, agradecer profundamente la labor de la Junta Directiva saliente, y muy especialmente, la de nuestro queridísimo insigne Cofrade Mayor, Javier Gracia Lería”. Aunque consideró que no era el momento de entrar en detalles sobre el plan de actuaciones, Pedro Crespo formuló “la promesa de que los compañeros que asumimos con responsabilidad y entusiasmo componer la nueva Junta de la Cofradía del Vino de Rioja venimos a trabajar por y para seguir haciendo grande esta Cofradía, por y para que todos los cofrades participemos de grandes momentos, por y para que juntos disfrutemos de grandes sensaciones, y ser cofrade pertenezca a esos mejores momentos de nuestras vidas”.
Tras agradecer también a los cofrades su asistencia a la asamblea, el Gran Maestre aseguró que la grandeza de la Cofradía se debe “a todos los que a ella han pertenecido, hoy pertenecen y pertenecerán, a todos los que en ella han trabajado, trabajan y trabajarán, por ensalzar el valor del Rioja, su cultura, su historia y las gentes que lo hacen posible, desde la viña hasta la copa en nuestras manos”.
Como anticipo del brindis que compartirían todos los asistentes tras la asamblea para desear “el mejor de los futuros para el Rioja y su Cofradía”, Pedro Crespo concluyó asegurando que, en efecto, se trataba de un día de sensaciones (“como el vino son sensaciones y fiesta para los sentidos”), momentos que, como el vino de Rioja, siempre dejan buenos recuerdos. Por ello, “quienes amamos al vino de Rioja, siempre bendecimos los mejores momentos de nuestras vidas disfrutando una copa de Rioja”.
La Cofradía ha ido retomando poco a poco el pulso de la actividad, tras el parón impuesto por la pandemia, y es de agradecer que un grupo de cofrades hayan asumido el relevo con la ilusión que han puesto de manifiesto para dirigir la Cofradía en un tiempo difícil y poder seguir con su principal misión de defender el Rioja y divulgar su cultura.
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