Resulta tan abrumador el predominio de las buenas noticias sobre la DOCa Rioja que, si se toma un poco de perspectiva, la pose de los apocalípticos acaba pareciendo un tanto ridícula, propia de quienes se ahogan en un vaso de agua (o de vino en este caso).

El Descorche de La Prensa del Rioja

Texto: Javier Pascual, director de La Prensa del Rioja

Por muy compleja y variopinta que resulte la realidad de un sector tan importante para la economía de la región como el vitivinícola, no parece lógico que sea susceptible de visiones tan contradictorias como las que vienen mostrándose públicamente sobre su situación actual. Para intentar entender tan dispares valoraciones sobre una actividad económica que también reúne la doble condición de ser parte indisociable de la cultura y forma de vida de las gentes de la región, bien podría servirnos como referente la obra ‘Apocalípticos e Integrados’, publicada por el filósofo y lingüista italiano Umberto Eco en 1964, coincidiendo con una de las añadas míticas de la historia del vino de Rioja.

No son pocos los que se van sumando a la tesis del inminente naufragio, del tsunami devastador o de la quiebra irreversible del negocio. Voces agoreras que vaticinan un final de etapa apocalíptico para los viticultores y bodegueros riojanos, que otros no alcanzamos a vislumbrar, cegados probablemente por el brillo de noticias -ocho de cada diez- que dibujan un panorama espléndido de la evolución seguida por el conjunto del sector vitivinícola riojano en el medio y largo plazo, liderando en todas las facetas a la vitivinicultura española, así como de su gran capacidad para afrontar situaciones tan complicadas como las que atraviesan los mercados del vino en estos últimos años por factores exógenos, como la pandemia del coronavirus o la guerra en Ucrania.

De ahí que he tratado de buscar alguna explicación a la ceguera de unos y la clarividencia de otros. Para ello he escarbado en la memoria de aquellos años de la segunda mitad de los setenta en que descubríamos la semiótica en la Universidad Autónoma de Barcelona con Umberto Eco como uno de nuestros gurús, al mismo tiempo que España redescubría la democracia. El libro de Eco analizaba el impacto que estaba causando en la sociedad la naciente ‘cultura de masas’, cuya rápida expansión fue propiciada por la aparición de grandes medios de difusión como la televisión. El autor planteaba el análisis desde la doble perspectiva de los apocalípticos e integrados, fórmula que se me ha antojado muy sugestiva para su aplicación al análisis de las abundantes opiniones y valoraciones suscitadas por el ‘maremágnum’ del vino de Rioja.

Tan solo un repaso a los titulares del último boletín digital de La Prensa del Rioja ‘Enopolis’ nº 740 -una semana cualquiera en la milenaria existencia de esta región vinícola- me pareció lo suficientemente esclarecedor como para enmarcar en sus justos términos las visiones apocalípticas y procurar no perder tiempo con ellas. Sin duda resultan mucho más productivas las propuestas de quienes utilizan su sentido crítico para construir algo mejor sobre la base de lo ya creado, sin menospreciar la labor de sus predecesores.

En las siete noticias publicadas por La Prensa del Rioja encontramos desde enoturismo (‘Rioja será epicentro del enoturismo internacional al acoger los World’s Best Vineyards’) a investigación (‘El ICVV organiza dos congresos internacionales que contarán con la participación de expertos de renombre e investigaciones de vanguardia’), campos en los que Rioja ha tomado una ventaja indiscutible. Como cada semana, encontramos igualmente vinos innovadores (‘El nuevo ‘Instinto’ de Azpilicueta, espíritu riojano con sello de ‘autor’) y aplicación de Inteligencia Artificial al sistema de garantías del Consejo Regulador (‘La verdadera ‘batalla del vino’ en Rioja: garantizar la calidad apretando sin ahogar’), además de una pujante muestra de la creación de riqueza en el entorno del vino que representa la industria auxiliar. Sin obviar, por supuesto, la realidad del mercado y su evolución (‘El Rioja en los restaurantes, una apuesta segura’) y la política vitivinícola para abordar la solución de problemas (‘El nuevo presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, Gonzalo Capellán, anuncia la activación urgente de ayudas directas al sector vitivinícola ante el aumento de vino almacenado y la caída de los precios de la uva’). Resulta tan abrumador el predominio de las buenas noticias sobre la DOCa Rioja que, si se toma un poco de perspectiva, la pose de los apocalípticos acaba pareciendo un tanto ridícula, propia de quienes se ahogan en un vaso de agua (o de vino en este caso).

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