Nuestros orígenes están en la tierra. El paisaje, las cepas y el vino son nuestra razón de ser. De ellos nacimos y ellos nos hermanan. No es casualidad que la Cofradía del Vino de Rioja naciera como una necesidad de expresión de esta tierra, de estos paisajes. Ahora, en los días de otoño, nuestros campos y nuestras vides están pintados con una inagotable variedad de colores; cepas vestidas de verdes, rojos, ocres y amarillos transfiguran la tierra y, cuando las enciende la luz, son llamas de colores cambiantes que embriagan, que nos emborrachan de belleza. Por eso, en este treinta aniversario nuestra primera consideración/reflexión se dirige a la tierra y al paisaje que le ha dado vida y existencia. La Cofradía quiere ser agradecida con su madre tierra.
Texto: Javier Gracia Leria / Gran Maestre
Por el regalo de esta belleza, La Rioja y su paisaje aspiran a ser patrimonio histórico-artístico de la Humanidad. El Gobierno de La Rioja ha logrado que el Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa hayan sido incluidos por la UNESCO en la lista indicativa de bienes culturales candidatos a Patrimonio de la Humanidad.
Esta aspiración de La Rioja y su paisaje de vinos y viñedos a ser Patrimonio de la Humanidad no se basa sólo en la perfección de formas y colores, sino en el papel que ha desempeñado en el desarrollo humano. Su humanidad, (como dice el título de aspirante a patrimonio de la Humanidad) viene dada por su raigambre en la historia de un pueblo. Porque el paisaje es el medio que configura la vida de sus habitantes, los riojanos y les imprime un carácter, como al tuareg lo marcan las arenas del desierto. Los riojanos crearon este paisaje, cubriéndolo con un manto de cepas, y ahora estos paisajes modulan y modelan a sus habitantes, en justa reciprocidad. Y así, a la postre, las ondulantes cepas multicolores son las verdaderas madres de lo que nosotros representamos, el vino de Rioja. Por ello, la Cofradía, como hija de esta tierra, en este treinta aniversario de su nacimiento, apoya y se adhiere a la solicitud de que nuestro paisaje de vinos y viñedos llegue a ser patrimonio cultural de todos los seres humanos.
Fue el amor a esta tierra el que hizo que el acta fundacional, origen actual de nuestra noble Cofradía, se rubricara, hace treinta años, precisamente en San Millán de la Cogolla. Fue allí, en la cuna de las palabras castellanas, donde un 30 de junio de 1984, nació como asociación la Cofradía del Vino de Rioja. La única asociación de nuestra Comunidad sin ánimo de lucro -podemos y debemos presumir de ello-, cuyo objetivo es promocionar y difundir el vino de Rioja y a La Rioja. Y por eso, en este aniversario hemos acuñado el slogan de “30 años por amor al Rioja”. En ello seguiremos.
También, por fidelidad a esta tierra y a sus vinos, nuestra Cofradía, hundiendo sus raíces en la tradición, ha tomado, como tarjeta de visita, como anagrama que la identifica y representa, aquel logotipo que, allá por el año 1560, los cosecheros Alfonso Ruíz y Francisco de Sesma grabaron con las iniciales de sus nombres para identificar los pellejos donde enviaban sus vinos a Brujas a través del puerto de Bilbao, garantizando así el origen de su contenido. Aquellos primeros comerciantes, como los Cofrades de ahora, se decidieron por preservar lo auténtico, y pusieron su firma y su palabra en aquellas botas y tinos, para someterlos, como consejo regulador anticipado, a cualquier posible inspección de los veedores.
Somos una hermandad, que eso significa COFRADÍA, un grupo de hermanos que se comprometen bajo juramento a difundir y defender nuestros vinos, en una ceremonia que sella nuestra promesa con una cepa y la sangre del vino. En el transcurso de estos 30 años, la Cofradía se ha hecho numerosa y mayor. Se han investido 8 Cofrades de Honor, 610 Cofrades de Mérito, 954 Cofrades de Número y 34 Amigos de la Cofradía del Vino de Rioja. En la actualidad la Cofradía está formada por 330 Cofrades Numerarios. Y queremos ser más. Nuestro compromiso es de carácter voluntario. Me gusta decir que somos los voluntarios de la promoción del vino de Rioja, y nuestras acciones nos han valido el reconocimiento de todas las instituciones y de la sociedad en general.
Nuestro hermanamiento se orienta hacia el interior, con los cofrades y los vinos. Pero también hacia fuera, hacia los vinos y las viandas de otras tierras y de todo el mundo porque el amor al vino es universal. Nuestra Cofradía tiene vocación exploradora y cosmopolita. Por eso, está inscrita y pertenece a la Federación de Cofradías Gastronómicas, desde donde intercambia y vocea el vino de Rioja. Estamos hermanados con manjares de mil tierras. Y así ayudamos a potenciar sabores y olores de viandas que lo reclaman. En La Rioja el chorizo, el jamón, los pimientos, el caparrón de Anguiano, el queso camerano, el cordero chamarito, las ciruelas y tantos otros productos invitan y reclaman nuestros caldos para redondear y elevar sus sabores, hasta colmar los cinco sentidos.
Más allá de La Rioja, la labor de promoción nos ha llevado a confraternizar con distintas Cofradías y Asociaciones enogastronómicas de toda España, estamos allí donde nos lo han solicitado. El vino de Rioja ha hermanado o maridado, como muestra de su gran versatilidad, con la anchoa de Cantabria, la cecina de León, el mejillón de El Grove, el botillo del Bierzo, el atún de Hondarribia, los cangrejos de Herrera del Pisuerga… sin olvidar su hermanamiento con otras Cofradías, como las del Queso de Cantabria, el Esparrago de Navarra, las Alubias de Tolosa, los Vinos de Ribera del Duero, del Albariño o de Cangas del Narcea. Y fuera de España, fusiona con la degustación de los quesos suizos, del salmón de Noruega o del foie de las Landas, además de con otras Cofradías francesas. En América, nuestro recuerdo va también para la querida Cofradía del Vino de Ecuador.
Pues bien, esta Cofradía del Vino de Rioja mantiene y renueva el espíritu de compromiso con la sociedad y con el vino, que nos ha caracterizado a lo largo de estos treinta años y que esperamos seguir desarrollando en el futuro. Como cada Cofrade promete en su investidura, seguiremos defendiendo y difundiendo el vino de Rioja como humildes y tenaces portavoces, ofreciéndolo así a todos los de estas tierras y a los de allende nuestras fronteras. Nos comprometemos a ser fieles a tales preceptos.
Nos proponemos transmitir nuestro aprendizaje de la riqueza del vino a los más jóvenes, enseñándoles a beber con placer y moderación en sana convivencia y camaradería. Seguiremos profundizando en el conocimiento del vino a través de cursos y catas, especialmente para jóvenes. Vamos, también, a exaltar la cultura del vino y su hermanamiento con otras manifestaciones culturales como el cine, las conferencias, el arte, los refranes, las palabras, las exposiciones, la pintura, que hablan de su presencia cultural como una constante en toda la historia de la Humanidad. Y, por supuesto, vamos a seguir confraternizando con viticultores, bodegas y bodegueros, fomentando el enoturismo con rutas y visitas turísticas y realizando cualquier actividad que sirva para promocionar nuestro vino y nuestra tierra.
Aunque es ya bien conocida la participación de la Cofradía del Vino de Rioja en la vida social riojana, al igual que su estrecha colaboración con la Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja y con el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, la Cofradía y sus Cofrades ofrecen una vez más su disponibilidad y colaboración para aquello que signifique la defensa, el desarrollo y la difusión del Vino de Rioja.
Hoy, esta Cofradía del Vino de Rioja y sus Cofrades, en el treinta aniversario de su fundación en San Millán de la Cogolla, sentimos un especial orgullo por ser hijos de esta tierra y de este paisaje, La Rioja. Y en nuestro 30 cumpleaños invitamos a todos los riojanos a participar y unirse a nosotros en el amor al vino de Rioja. Feliz cumpleaños a todos.