El riguroso sistema de calificación resulta de la cata ciega de 3.531 muestras de vino, cada una de las cuales es valorada por 5 jueces, lo que supone emitir más de 17.600 juicios sensoriales

El Consejo Regulador de la DOCa Rioja califica como ‘Muy Buena’ la cosecha de 2023 tras un exhaustivo y riguroso proceso de análisis de un total de 3.531 muestras. En línea con el elevado nivel de exigencia que la DOCa Rioja aplica a sus procesos de certificación, su sistema de calificación de añada también es de los más rigurosos que existen, contando con un panel de cata de 150 profesionales. Cada una de las muestras de vino es catada por 5 jueces, lo que supone emitir más de 17.600 valoraciones sensoriales. El objetivo último es buscar y poder garantizar la máxima autenticidad a consumidores y profesionales.

En este sentido, el año pasado culminó el proyecto de configuración del nuevo Panel de Cata del Consejo Regulador, desarrollado de la mano del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) por el cual, además de implantar dentro de la Denominación una nueva metodología de control de calidad sensorial para los vinos, dotó de mayor capacitación y cualificación a los integrantes del Panel.

Heroicidad del enólogo

Los vinos del 2023 destacan por tener un buen punto de estructura y pH, y aportan unas sensaciones de viveza y frescura mayores a lo habitual, lo que hace que sean más fluidos, con un buen peso en boca y con un final donde destacan las sensaciones de suavidad y redondez.

El informe elaborado por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador de la DOCa apunta a la gran relevancia que ha tenido la selección de uva que se ha hecho en bodega, lo cual despierta curiosidad hacia la evolución que estos vinos van a tener en su envejecimiento y crianza que, dado el buen equilibrio madurativo conseguido y la definición aromática que anuncian en este momento, invitan al optimismo.

“Los vinos son una ‘heroicidad del enólogo´ dada las tan complejas situaciones climáticas y la diversidad de uvas recibidas en bodega, donde se ha tenido que hacer una gran selección con el fin de conducir una elaboración que se antojaba `caprichosa´”, explica Pablo Franco, director del órgano de Control del Consejo Regulador de la DOCa en su informe.

Por colores, los vinos tintos destacan por su heterogeneidad, observándose diferentes rangos que van desde la fruta pasa o madura de las primeras vendimias de antes de las lluvias de Rioja Oriental, a unos vinos con mayor carácter de fruta fresca de las zonas más altas, “sin duda una paleta aromática muy interesante para definir Rioja en base a su territorio y a cómo en esa armonía de zona y clima una región se enriquece de matices tan singulares”, apunta Franco.

Los vinos blancos, que se encuentran ya en una fase de total consolidación en lo que a definición enológica se refiere, son unos grandes exponentes de la máxima calidad en esta categoría, consiguiéndose muy buenas definiciones y un importante equilibrio en todas sus fases. “Son vinos que expresan muy bien las variedades de Rioja, destacando a su vez aquellas elaboraciones más particulares que buscan una expresión de su potencial en años venideros, una vez el tiempo haga su trabajo y ayude a ensamblar y a enriquecer el vino en su proceso de envejecimiento, arte que en Rioja se trabaja a la perfección y que destaca sobremanera en los vinos blancos”, señala Pablo Franco.

De acuerdo con el informe, los vinos rosados avanzan en un camino muy interesante, predominando una gama aromática menos explorada hasta la fecha, donde se observan cada vez más marcadas expresiones florales y colores más claros, acompañadas de bocas con buen volumen y frescura.

 

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