INICIATIVAS ENOTURISTICAS
Texto: Javier Pascual
Bien podría haberse inspirado Serrat en ese mar de viñas que surca las suaves lomas y hondonadas del paisaje riojano para cantar como tan magistralmente lo hizo a “los atardeceres rojos” del mar Mediterráneo en una de las mejores canciones que ha dado la música española. ¿Se imaginan a pie de viña, en la terraza de una bodega, copa en mano y bien acompañados, escuchando “a sus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino…”? Así dice una de las estrofas de ese ‘Mediterráneo’ que extiende desde Oriente su cálida influencia hasta las tierras del Rioja, confluyendo en sus límites occidentales con la influencia más fría y húmeda del Atlántico.
Posiblemente sea este guiño a otros mares el que torna los rojos incandescentes en tonos fucsia una vez el sol se pone entre los riscos de Bilibio, el balcón de Cellorigo y el último crucero de la Ruta Jacobea en Grañón. Minutos antes, sus rayos iluminan y se funden como en un crisol con la espectacular riqueza cromática que ofrece el viñedo riojano en la época de vendimia.
Sin duda, no precisa excusa alguna disfrutar de un ambiente tan sugerente y relajado, ideal para compartir entre amigos una copa de vino y una buena conversación al aire libre. Seguramente el invento es también tan antiguo como la civilización de la vid y el vino, pero ahora es ‘tendencia’. El ‘tardeo’ le llaman. Una de esas modas que llegan para quedarse, porque son la expresión de esos hábitos de ‘buena vida’ tan arraigados en los pueblos con tradición vinatera. Las bodegas están incorporando la propuesta en su oferta enoturística para el disfrute de las nuevas generaciones de urbanitas a las que les toca descubrir ahora estos pequeños placeres.
La Prensa del Rioja ha seleccionado cuatro de estas propuestas, imprescindibles en la agenda actual del enoturista y presentadas como novedad por otras tantas bodegas de características muy diferentes, que conforman una ruta por los paisajes de La Rioja Alta desde la capital riojana a los límites más occidentales de la DO: Viña Ijalba en Logroño, Montecillo en Fuenmayor, Zinio en Uruñuela y Señorío de Líbano en Sajazarra,
Viña Ijalba, en Logroño.- A cinco minutos del centro de la capital riojana y como un jalón más en la Ruta Jacobea, Viña Ijalba ofrece la posibilidad de disfrutar junto a los viñedos que rodean la bodega de una original gama de vinos que la han distinguido como bodega pionera en investigación.
Montecillo, en Fuenmayor.- Considerada la tercera bodega más antigua de Rioja, propone al enoturista vivir la apasionante experiencia de un ‘escape room’ y, finalizada la aventura, disfrutar de las vistas del atardecer durante la degustación de sus vinos en una terraza ajardinada.
Zinio, en Uruñuela.- La bodega estrena oferta enoturística con un sugerente paseo, a pie o en bicicleta, por el viñedo de una localidad con gran vocación vitivinícola. El colofón perfecto lo encontraremos en su nueva terraza panorámica, donde disfrutar del atardecer con una tapa y música en directo.
Señorío de Líbano, en Sajazarra.- Los más atrevidos pueden disfrutar de ‘un paseo por las nubes’, que incluye una exclusiva cata en globo, y los más tranquilos deleitarse con los singulares vinos de la zona más occidental de Rioja, mientras pasean alrededor de uno de los castillos más espectaculares y mejor conservados, propiedad de la familia Líbano.
El `tardeo´, la nueva forma de disfrutar del vino, el paisaje y las bodegas de Rioja, se convertirá pronto en una de las actividades imprescindibles de la agenda enoturística. Su realización al aire libre permite además el cumplimiento eficaz de las medidas de seguridad higiénico-sanitaria dictadas por las autoridades sanitarias contra la propagación del coronavirus entre sus visitantes y trabajadores. Algo que sigue siendo para todos los bodegueros motivo de máxima preocupación a la hora de poner en marcha las actividades enoturísticas. “Respecto a la COVID –afirma el director general de Bodegas Señorío de Líbano, Javier Cornadó- hemos tomado todas las medidas necesarias para evitar contagios, desde la limitación del número de visitantes, la exigencia del uso de mascarillas y del mantenimiento de la distancia de seguridad, al lavado de manos con hidrogel, desinfección de calzado, etc.”