Cuando en los años 80 del siglo XX se rejuvenecieron muchos viñedos en Rioja, el grupo de viticultores que hoy son base de Bodegas Araco, de Laguardia, decide conservar sus viñedos más antiguos y transformar cantidad de uva en calidad. Fundada en 1987, la bodega decide apostar por la calidad, y de esta forma nace con la esencial intención de preservar y dar continuidad al trabajo que se venía realizando en el campo. La llegada del nuevo siglo trae controles productivos asociados a cualitativos, limitando la cantidad de uva en unas plantaciones optimizadas pero con todo tipo de edades. Esa premisa histórica es su signo de identidad.
La enorme transformación vivida en Rioja Alavesa en los 15 últimos años ha hecho a la bodega poner en valor el conjunto de una agricultura inteligente y una labor de continua renovación e investigación a la hora de elaborar sus vinos. El resultado son unos vinos marcados por la singularidad de la elaboración de la subzona alavesa, pero realzados con técnicas modernas y una rigurosa selección de la materia prima desde la misma viña hasta la elección de los coupages adecuados. Todo para obtener un resultado óptimo que premie tanto esfuerzo.
La bodega hoy pertenece a 10 familias propietarias de los viñedos que le surten de uva y que completan con la adquisición de uva de agricultores de toda confianza. Familias para las que el mimo de la tierra se tiene como premisa de trabajo.
Los socios de esta bodega son agricultores de las localidades de Baños de Ebro, Lanciego, El Villar de Álava y Laguardia, distintos pueblos en los que podemos encontrar, por un lado, viñedos con una cierta altura y por otro, viñedos a altura muy baja. Y es que la experiencia de estos viticultores, les ha indicado que hay años que los viñedos de altitud máxima son más productivos y de mejor calidad que los de menos altura, mientras que en otros años ocurre al revés: Para Bodegas Araco este problema está solucionado porque hacen un coupage de las uvas de los viñedos de las distintas alturas por lo que pueden presumir de tener siempre la misma calidad del desarrollo de la uva en distintas alturas, lo cual es muy importante.
Al final meten en bodega en torno al millón de kilos, salvo excepciones como en la última vendimia que ha venido más corta, y sacan al mercado en torno a los setecientos mil litros, de los que el 40% es de vino joven, el 20% de crianza y el resto se reparte entre los reserva, selección, blanco y rosado.
Araco es una bodega moderna, funcional, incluso coqueta en la que se ha buscado la comodidad de las diferentes labores y que ha ido mejorando sus instalaciones al tiempo que crecía la masa vegetal, en la actualidad en torno a las 200 hectáreas, pero sin perder el norte en ese camino que lleva a olvidar que la gran producción no se puede asociar a gran calidad. Cada año procuran superar el trabajo del año anterior con esfuerzo y dedicación.
La vendimia
La campaña de vendimia, si no viene retrasada como ha ocurrido en la de 2013, suele comenzar en los primeros días de octubre con las variedades blancas, principalmente viura. El comienzo lo marca la mayor o menor presencia de azúcares, ácidos y componentes aromáticos que marcarán las características orgánicas del vino.
La casi totalidad de la vendimia se realiza de forma manual y escalada, recolectando las uvas de las parcelas en momentos sucesivos, y según el grado de maduración de los racimos individuales.
Los racimos se trasladan a bodega en contenedores no demasiado profundos, para evitar que se aplasten y en el menor tiempo posible, para evitar fermentaciones o maceraciones indeseadas.
Una vez en bodega comienza una primera selección visual de la uva para su posterior gestión como vino joven o destinado a la crianza.
Abanico de productos
Bodegas Araco ofrece a sus clientes un abanico completo de productos. Con uvas tintas elaboran el joven, crianza, reserva, y selección, además de comercializar vinos blancos y rosados.
Destacar que del vino selección, cuyo último exponente es el 25 aniversario, se hace con uvas de viñedos muy viejos, de entre 80 y 90 años, a las que hay que trabajar de forma manual pues la maquinaria no puede entrar en esos terrenos. No obstante Abaco apuesta por esas viñas viejas que les dan 3 o 4 racimos de uvas por cepa. En este vino las uvas no van despalilladas, sino maceradas y se hace el descube en depósitos con unos sangrados. Por barrica este vino pasa muy poco, en cambio en botella ha estado 3 años y eso se nota en la cata.