Inspirado en los artesanos que dieron vida a las miniaturas mozárabes, este vino blanco rinde homenaje a la tradición y al arte a través de su cuidada elaboración. Nacido en los viñedos más antiguos de la zona de Cordovín, combina las variedades Viura (80%) y Malvasía (20%), rescatadas de los tesoros históricos de La Rioja.
En nariz, despliega de forma gradual aromas francos a frutas y flores blancas. Destacan notas de piña madura y un leve toque cítrico que abren paso a la dulzura de la fruta madura, acompañada de matices de miel y delicados toques herbales. Una fragancia que sugiere una experiencia compleja y equilibrada, en sintonía con la riqueza de la tierra que lo vio nacer.
En boca, sorprende con un ataque definido por una fina aguja. Vivo y fresco, ofrece una textura melosa y equilibrada, en la que la Malvasía aporta una nota de dulzor que redondea su carácter. Su persistencia amplia y sabrosa deja una sensación final placentera, invitando a disfrutar cada momento con él.
Se distingue por un color amarillo pálido con reflejos pajizo-verdes y matices de limón maduro, limpio y brillante. En nariz, sus aromas evolucionan desde frutas frescas y flores blancas hasta miel y hierbas, ofreciendo un perfil aromático complejo. En boca, destaca por su frescura, equilibrio y persistencia, con una textura melosa y un final prolongado que deja huella.
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