La cantante lírica y flautista Almudena Merino Miño lleva casi dos décadas fusionando piezas musicales con catas de vino, primero con la flauta y después añadió su voz. Ahora propone ‘Catas al Canto’ un espectáculo que tras su paso por Bodegas Abeica, aterriza el 14 de septiembre en Cuzcurrita. En concreto, las instalaciones de la empresa de globos aerostáticos de Globos Arco Iris, acogerán un viaje lleno de sensaciones a través de un recorrido musical y los vinos de Bodegas Olmaza.
P – ¿Cuándo nació tu vocación musical?
R – Ya desde niña. Me crie en una familia de músicos y mi primer recuerdo haciendo música es con cinco años tocando el ‘gûiro’ en un pasacalles de fiestas.¡Me encanta ese instrumento! Tengo el recuerdo muy vívido a día de hoy, porque ya entonces sentí que la música, y hacer música para los demás y ver sus reacciones de alegría, era algo maravilloso.
P – Tu espectáculo ‘Catas al Canto’ no es tu primera incursión en el mundo del vino. ¿Desde cuándo has unido estos dos campos?
R – Empecé hace 19 años a hacer conciertos en bodegas. Iban dentro de un pack que incluía visita, concierto y cata. Entonces actuaba como flautista. Me gustó tanto la idea que me pareció lo más apropiado buscar repertorio acorde. Y así encontré muchas partituras que contenían brindis, catas, himnos a Baco, amores en vendimia… Busqué en bibliotecas nacionales y archivos históricos. Poco a poco, los conciertos con cata posterior se fueron fusionando y las dos partes junto con las partituras que cataban vinos, dieron lugar a la cata musical.
Siempre ha sido un placer llevar a cabo estas experiencias, y la interacción con las personas de las bodegas y los visitantes ha proporcionado muy buenos momentos.
P – ¿Por qué esta vinculación entre música y vino? ¿Qué tienen en común? ¿Qué se dan el uno al otro?
R – El vino siempre ha estado vinculado a la música. De hecho, después de beber, lo primero que surge es cantar y bailar, además da alegría y espontaneidad para que eso suceda más fácilmente. Ya los griegos tenían músicas especiales dedicadas a Dionisos y después los romanos a Baco. Y así hasta el día de hoy. Para mí es una unión indivisible.
En un aspecto más actual, desde que en Rioja se empezó a potenciar el enoturismo y con él la cultura del vino, yo no podía quedarme de brazos cruzados, y sentía que desde mi parte musical podía aportar mucho a la divulgación de su cultura.
Los dos sectores tienen en común que buscan el disfrute, el placer y la trasmutación de emociones y en ese sentido, juntos, los dos se ayudan, se complementan y se potencian. Así permiten que las personas se sientan mejor y disfruten más de la vida.
P – A nivel profesional, ¿qué te ha aportado esta vinculación?
R – Sobretodo despertó en mí la curiosidad por investigar y rescatar partituras olvidadas o desconocidas que son maravillosas y volverles a dar voz en la actualidad.
También esta investigación me trajo descubrir mi habilidad para el canto lírico, ya que muchas partituras eran de soprano y al principio las tocaba con la flauta y mientras lo hacía, sentía un fuerte impulso de cantarlas en vez de tocarlas. Eso me llevó a estudiar la especialidad de Canto hace 15 años y a día de hoy diría que soy más cantante que flautista.
También me sigue aportando el enriquecimiento de conocer a profesionales del sector. Creadores y creadoras de vinos espectaculares, cada uno desde su propia personalidad. Conocerles y compartir desde la honestidad, la humildad y la cercanía me llena. Son valores que para mí son importantes en la interacción humana.
P – ¿Qué va a encontrar el público que acuda a una cita de ‘Catas al Canto’?
R – Pues sobre todo va a encontrar distensión y diversión (con moderación). Va a descubrir que el canto clásico no es tan duro ni tan aburrido como lo pintan y se va a llevar un buen sabor de boca con todo el conjunto de estímulos sensoriales que va a recibir, muy gratificantes.
P – ¿Qué pieza es para ti la más vitivinícola? Esa que suena y dices: sabe a vino….
R – Para mí es un couplé, ‘La chula tanguista’ (se ríe). La chica dice que es de gustos modestos y se conforma con el vino tinto con sifón. Esa pieza es muy especial, el público se ríe mucho y sale cantando la coplilla.
P – ¿Hay más citas programadas?
R – Ahora mismo se están concretando las fechas y lugares para el último trimestre del año y 2025.
El 14 de septiembre en Cuzcurrita
Almudena Merino Miño propone, para el 14 de septiembre, un viaje lleno de sensaciones en Globos Arco Iris en Cuzcurrita de Río Tirón, a través de un recorrido musical y los vinos de Bodegas Olmaza
El concierto tiene un coste de 25 euros, el aforo se limita a 40 personas y las plazas pueden reservarse hasta el 12 de septiembre en el tel: 685 516 241.
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