Bodegas Familiares de Rioja, asociación que defiende a la pequeña y mediana bodega, deja los órganos de gestión de la Denominación y reivindica políticas estratégicas para reencaminar el rumbo de Rioja hacia un modelo de más valor
Texto: Mirian Terroba
Aunque no abandona la Denominación, la Asociación Bodegas Familiares de Rioja no tomará parte de la toma de decisiones en los órganos de gestión de la misma por no tener capacidad real de cambiar un modelo de negocio que afirman no compartir porque amenaza el modelo de negocio de la pequeña y mediana bodega. Eduardo Hernáiz, presidente de Bodegas Familiares de Rioja, Juan Carlos Sancha, vicepresidente y portavoz de la asociación en el Consejo Regulador y Ana Jiménez, gerente de la misma, han anunciado en rueda de prensa que abandonan las mesas de gestión de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja y del Consejo Regulador por su desacuerdo con la política estratégica.
“Somos Rioja y vamos a seguir siéndolo porque tenemos todas nuestras inversiones en esta tierra y porque seguimos creyendo en ella y en su potencial para hacer grandes vinos, pero no podemos continuar formando parte de un sistema de gestión en el que se toman decisiones en contra de nuestros intereses y en el que, pese a haberlo intentando desde nuestra fundación en los años 90 del siglo pasado, no tenemos capacidad de reencaminar el rumbo de Rioja hacia un modelo de valor, de calidad”, asegura Eduardo Hernáiz, presidente de Bodegas Familiares de Rioja. Aunque no participen en la toma de decisiones, como miembros de la Denominación, sí deberán acatar los acuerdos a los que se llegue en los órganos de gestión.
«Somos Rioja y vamos a seguir siéndolo
porque seguimos creyendo en ella
y en su potencial para hacer grandes vinos»
Más voz en la gestión
Constituida en 1991 por una veintena de viticultores y pequeñas bodegas de Rioja para defender los intereses del modelo de negocio familiar, la Asociación Bodegas Familiares de Rioja fue clave en aquellos años para dar visibilidad y espacio a las pequeñas y medianas explotaciones ante los operadores del sector e instituciones. Hoy son 70 bodegas asociadas y la agrupación acreditó en las últimas elecciones de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja en 2021 la representación de 216 bodegas, más de la mitad del total, pero su participación, explican, se limita a únicamente el 8% de la rama comercial por un sistema puramente economicista, basado en el volumen de comercialización de vinos, que califican de injusto porque perjudica a la pequeña y mediana bodega.
Juan Carlos Sancha, que abandona su puesto de vocal en el Consejo regulador después de 25 años, ha recalcado que no la decisión de la Asociación no se produce por animadversión, -afirma dejar grandes amigos en el Pleno del Consejo-, sino que ha sido difícil, muy pensada y anunciada hace dos años, cuando se reclamó una reforma de la representatividad en la toma de decisiones. La Asociación reclamaba un reconocimiento social de la representatividad, en función del número de bodegas representadas y una revisión de las ponderaciones económicas que se aplican en la actualidad para medir la representación económica, que priman la estancia en madera o en bodega de los vinos y no su valor real: “Por poner un ejemplo, yo vendo vino de viñedo singular a 45 euros contraetiquetado como genérico y, sin embargo, mi botella vale para el Consejo 2,40 euros en las elecciones, mientras que a un reserva vendido en la lineal del supermercado se le asignan 4,85 euros”, indica Juan Carlos Sancha.
Con este sistema de representación, “nos vemos incapacitados para hacer valer propuestas que, tal y como hemos venido haciendo estos años y así consta en las actas, hubieran dejado a la DOC Rioja en una situación muy diferente a la actual”. Sancha reconoce que en estos 25 se han hecho cosas muy bien (defensa de las variedades minoritarias, nuevas figuras de calidad…) pero considera que son insuficientes. Se ha crecido de forma desmesurada, que hay un desequilibrio entre la oferta y la demanda y que el modelo se ha llevado por delante a pequeños viticultores, viñedos viejos y pequeñas bodegas lo que, a su juicio, ha provocado que los jóvenes bodegueros de su asociación no compartan el modelo.
Viticultura sostenible y vinos artesanales de calidad
“Nuestra asociación apuesta y defiende ‘otra’ Rioja, con el foco en una viticultura sostenible y en la elaboración de vinos artesanales de calidad. Estamos convencidos de que la situación actual de Rioja, de sus bodegas y viticultores, sería muy distinta si la política seguida en los últimos años se hubiera preocupado más de proteger el valor de las uvas, de los vinos y del territorio que de producir más cantidad de uvas y vino hasta llevar a Rioja a la situación actual, con una de las mayores crisis de excedentes de su historia enviando vinos a la destilación. Pese a que llevamos desde 2017 produciendo claramente más uva de la que somos capaces de vender, las grandes compañías seguían pidiendo nuevas plantaciones hasta hace muy poco”, resume Hernáiz. El modelo histórico del reparto social del viñedo y de la riqueza “se está quebrando en favor de compañías industriales, a las que les siguen saliendo las cuentas entre otras cosas porque venden vinos de numerosas procedencias, no sólo Rioja, además de licores y espirituosos. Nos vemos incapaces de cambiar un modelo de negocio que no compartimos, puesto que está basado en la producción de vino para lineales de alimentación a precios con los que las pequeñas y medianas bodegas no podemos competir”.
Bodegas Familiares de Rioja es crítica con la gestión interprofesional de la DOCa Rioja. Según su presidente, “mientras en el año 2003, el precio medio de un litro de vino de Rioja era de 4,37 euros, a finales de 2022 era de 5,13 euros. Es decir, en dos décadas, ha tenido una revalorización del 17,8%, frente a una inflación que en ese mismo periodo ha sido del 51,8%, prácticamente el triple. Sin embargo, antes del modelo interprofesional, mientras el precio medio del litro en 1990 era de 2,15 euros alcanzó los 4,25 euros en el año 2002, esto es, un crecimiento del 102%, frente a una inflación del 65%. A nuestro juicio, el modelo interprofesional ha tenido un claro efecto sobre el volumen de vino producido, pero no sobre el valor, lo que perjudica claramente el modelo de negocio de nuestros representados”, explica el Eduardo Hernáiz.
Para el que hasta ahora ha sido el vocal de Bodegas Familiares en el Pleno del Consejo, Juan Carlos Sancha, Rioja tiene mucho futuro por delante, pero hay que cambiar el modelo. “Queremos una gran Denominación de Origen, no una Denominación de Origen grande. Rechazamos la proliferación en la zona de producción de Rioja de bodegas destinadas a vino de mesa que terminan siendo el sumidero de los excedentes de Rioja; abogamos por la paralización indefinida de las nuevas plantaciones de viñedo y defendemos que las replantaciones de viñas se realicen en suelos que permitan desarrollar una viticultura de calidad, frente a la situación actual en la que existen muchos viñedos plantados en zonas productivas y de poca aptitud vitícola de calidad”.
A consecuencia de estas políticas “lo que tenemos hoy en la DOCa Rioja son graves excedentes de vino y viñedos en suelos donde nunca se deberían de haberse plantado con un modelo que a medio plazo aboca al cierre de pequeñas y medianas bodegas y a la desaparición de explotaciones familiares de viticultores por falta de rentabilidad y por una excesiva y abrumadora burocracia, un problema que para el Consejo Regulador no existe pero que se ha convertido en una grave amenaza de supervivencia para nuestros representados”, afirma Sancha.
En vías de un nuevo de un modelo de representatividad
Desde la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR) se lamenta la decisión comunicada esta mañana por parte de Bodegas Familiares de Rioja-PROVIR de abandonar las mesas de gobierno de la Denominación -esto es, la OIPVR y su Consejo Regulador.
Desde la OIPVR se recuerda que, fruto del trabajo y de una comisión creada a tal fin, el pasado 29 de junio de 2023 se abordaron en sesión plenaria las peticiones de algunas asociaciones de revisión del sistema de representación recogido en sus estatutos, suscribiendo el compromiso de trabajar en al menos tres objetivos:
- La búsqueda de un modelo de representatividad que se aproxime todo lo posible a la facturación económica real de los operadores, en el cual se tendrán en cuenta también factores de carácter social.
- Permitir pasar al censo del sector productor a aquellos titulares que, estando en el censo del sector comercial, no realizan embotellados.
- Buscar un sistema más eficaz para evitar la doble representatividad entre sectores.
De esta forma, desde la presidencia del Consejo Regulador y de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja no se entiende la salida por parte de esta asociación de los órganos de gestión y representación de la Denominación -que no de la Denominación en sí misma- en tanto en cuanto se encuentra en el proceso de revisión de estatutos que esta misma asociación había solicitado.
Según Fernando Ezquerro, presidente la OIPVR, “la revisión de algo tan elemental y sustancial como son los estatutos de la OIPVR, que representa tanto y a tantos, no se puede llevar a cabo de manera precipitada; requiere de tiempo, diálogo y, sin duda, voluntad de colaborar y de alcanzar un acuerdo”. Según el presidente, “el sector del vino atraviesa una situación complicada y es momento de unir fuerzas y buscar soluciones conjuntas, que nos ayuden a salir adelante y fortalezcan nuestra posición de mercado; en este sentido, el compromiso de revisión de la normativa interna sigue vigente, y seguiremos trabajando por el futuro de Rioja y su excelencia”.
Llamamiento del resto de organizaciones
Las asociaciones que integran la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR) han comunicado que “condenan de forma enérgica que la asociación Bodegas Familiares de Rioja-PROVIR abandone los órganos de gobierno de la Denominación de Origen Calificada alegando ahora el desacuerdo con su estrategia”.
El comunicado muestra su sorpresa de que desde Bodegas Familiares-PROVIR se alegue ese motivo “cuando esta organización ha liderado y presidido la Comisión que elaboró y aprobó el actual Plan Estratégico 2020-2025 y ha participado con su apoyo votando favorablemente los acuerdos más relevantes, como las normas de campaña del último año y la última ampliación de masa vegetal del año 2016.
Recuerdan que el 29 de junio, el resto de las organizaciones adoptó el compromiso unánime de trabajar sobre la reforma estatutaria antes del próximo proceso de renovación de representantes.
Afirman “coincidir en que el modelo es mejorable y que es necesario trabajar para ello, pero para mejorar las cosas hay que estar en los foros de debate que son las mesas de gestión que ahora abandona y llaman a Bodegas Familiares a que reflexione sobre su actitud y “regrese a los órganos de gobierno, así como a la mesa de negociación, para ser parte del proceso de revisión de los estatutos con el fin de alcanzar el mayor consenso posible”.