El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
Volvemos a la matraca, y ahora seguramente reforzada por los resultados de las elecciones que celebramos el pasado 23 de julio, y que está ofreciendo unas alianzas que, para este periodista, resultan por lo menos increíbles y que algunos partidos desean aprovechar sus votos para obligar a un gobierno a que les aplaudan o colarles sus tradicionales postulados, de manera especial, todos aquellos que van en sentido contrario a lo que marca lo constitucional o lo ya admitido.
Por ello, recurrimos nuevamente a una información que la Agencia EFE publicó el 2 de agosto, donde indicaban que el Gobierno Vasco había notificado al Ministerio de Agricultura su requerimiento para que se anule la exclusividad de los viñedos de la Denominación de Origen Calificada Rioja y la necesidad de pasar una campaña en blanco para poder regresar a la marca en caso de haber usado uva para elaborar vinos con otra etiqueta.
Esta decisión fue aprobada por el Ejecutivo autonómico con discrepancias entre los socios de Gobierno, ya que la medida contó con la postura favorable de los consejeros del PNV y el rechazo de los del PSE, lo que, personalmente, nos ha producido una gran satisfacción.
Las dos condiciones para elaborar vino bajo el amparo de la DOCa Rioja que cuestiona el Gobierno Vasco están recogidas en los estatutos del Consejo Regulador, que fueron modificados precisamente para establecer la exclusividad de las viñas inscritas. Esta modificación evita en la práctica la doble inscripción, es decir, que bodegas que tienen sus viñas registradas en la DOCa Rioja puedan producir para Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava, una denominación diferenciada que impulsa la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA).
El Gobierno Vasco considera que los cambios en el reglamento de la DOCa son “contrarios a derecho” porque “restringen la competencia y limitan el derecho de libertad de empresa” y por ello hace un “requerimiento de diálogo” al Ministerio para lograr un acuerdo que evite llevar este asunto a los tribunales, basándose en un informe elaborado por el Servicio Jurídico central del Gobierno Vasco.
En él se defiende que con la exclusividad de las viñas “se impide” a los asociados usar su uva para elaborar y comercializar vino en nuevas denominaciones o en denominaciones al margen de Rioja, lo que supone “una medida restrictiva desde el punto de vista de la competencia y perjudica al sector”. Además, supone “un límite al derecho de libertad de empresa” que “perjudica a los viticultores y las pequeñas bodegas titulares de viñedos” a los que “se les obliga a que su uva sea producida para destinarla solo a DOCa Rioja”.
En cambio, los vinicultores o productores de vino, especialmente las grandes corporaciones vinícolas, “tienen más opciones” porque “pueden operar en distintas denominaciones de origen”.
El Ministerio de Planas, nuevamente alegó que no comparte que las nuevas condiciones del Consejo Regulador vulneren ningún derecho. “La propia existencia de cualquier denominación de origen, en cuanto establece condiciones y requisitos estrictos y pormenorizados a los que han de someterse los sujetos que se inscriben en ellas, constituye una limitación a la libertad de empresa”, apunta el Ministerio, poniendo final a la vía administrativa, por lo que parte del Gobierno del País Vasco puede iniciar una nueva acción aunque ya vía contencioso.
Esperemos que el PNV no introduzca esta “supuesta” nueva Denominación en sus conversaciones con el futuro gobierno de tendrá que salir del Parlamentario español. Todo parece estar ajustado a los procesos que se van cerrando, pero, qué quieren que les diga, tal y como demuestra nuestra historia reciente, los políticos están más por mantenerse ellos en la erótica del poder -con sus correspondientes sueldos, que algunos se los han subido y me refiero especialmente a los alcaldes de muy diferentes partidos en toda España- que por defender realmente nuestros derechos y deberes y reforzar las Denominaciones de Origen que están funcionando a nivel mundial.