José Luis Lapuente anuncia la puesta en marcha de una plataforma online, con información  sobre recursos gastronómicos, culturales, eventos…

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Califica Rioja, viene poniendo su punto de mira en el enoturismo, una actividad en la que el vino toma su protagonismo, para lo que cuenta ya con un completo informe titulado “Enoturismo D.O.Ca. Rioja. Análisis de situación y recomendaciones estratégicas.  Periodo 2016-2018”, que analiza “los diversos componentes de la oferta enoturística de Rioja, con especial atención en las bodegas, y plantea una serie de recomendaciones estratégicas y propuestas de actuación al Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja para consolidar la imagen de Rioja como destino enoturístico de conjunto y que contribuyan a fomentar el posicionamiento de la marca Rioja en los mercados”.

Texto: Antonio Egido

Un estudio de 73 páginas que abordamos con el director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente, siendo conscientes de que el enoturismo ya aparece como uno de los objetivos del Plan 2005-2020 del propio Consejo Regulador pero sobre el que se está trabajando de forma más decidida desde hace 4 años. “Efectivamente -afirma José Luis Lapuente- fuimos conscientes de la falta de aprovechamiento, de la falta de puesta en valor de lo que el enoturismo representaba, no para todos los operadores pero sí para una gran mayoría de ellos, y el inicio de un período en el que, poco a poco, se ha ido descubriendo el gran valor que tiene para el negocio, aunque sea como intangible. Es decir, todos sabemos el cambio de percepción que tiene un consumidor cuando visita una bodega, cuando tiene una experiencia en una bodega y en definitiva, cuando tiene oportunidad de comprar el producto en una bodega. Es el enoturismo que hemos ido armando también en torno a las rutas del vino, que ha ido incorporándose a los mensajes de la Denominación donde pretendemos trasladar lo tangible e intangible de la región, pero en los últimos años también hemos percibido, de forma especial en las actuaciones en el exterior, las inquietudes del consumidor por estar presentes allá donde se elabora el vino. Por todo ello yo auguro que en un futuro inmediato el enoturismo va a eclosionar al alza y se va a ir convirtiendo en una oferta más compleja, donde además de visitar la bodega se va a disfrutar del turismo rural, de los monasterios… en la certeza de que la percepción del consumidor cambia radicalmente cuando ha visitado la región”.

Un futurible, que ya es presente y que Lapuente ha detectado y analizado, pero en el que intervienen diferentes actores, a los que se ha sumado el Consejo Regulador siendo un colaborador activo. Por ello el director general del Consejo Regulador mantiene que “soy consciente de que hay muchos proyectos en marcha, a través de los cuales se ponen de manifiesto diferentes posibilidades de actuación, pero el nuestro parte desde el respeto y la complementariedad, incidiendo en actuaciones que pueden detectar las deficiencias de cómo cada actor percibe el enoturismo. Sabemos que cada uno busca su espacio y hay quienes perciben el enoturismo como una mera cata de vino con visita a bodega, mientras que otros van más allá y entienden que el consumidor busca una historia y ponerle una figura al vino para engarzarlo con quien lo está elaborando, incluso existe el consumidor que busca el link con la tierra  y desea pisar el viñedo… las diferentes percepciones han provocado que cada productor o bodega ofrezca distintas experiencias, pero entendemos –y ahí entra de lleno el Consejo Regulador– que hay posibilidades de formación o de trasmisión e intercambio de conocimientos que podrían ser enriquecedoras para todos. Yendo a lo práctico, ese es el primer reto que nos hemos marcado, es decir, sin ser expertos, lo que queremos es, de un lado, crear una plataforma de inteligencia y conocimiento de saber hacer, alojarlo en un soporte en nuestra ‘intered’ con la idea de poner de manifiesto información; por otro lado, tener con regularidad reuniones donde se produzca un intercambio de opiniones, detectar buenas prácticas que se acomodarían a lo que el consumidor espera, aglutinar información útil, entrenamientos útiles e intercambios útiles, para que esta información le llegue al que ofrece enoturismo y pueda ponerla en práctica de la forma más eficaz y brillante posible. Además debemos buscar lo tangible, que es intentar ir más lejos de lo que vienen siendo las plataformas habituales que catalogan bodegas y recursos e intentar crear un catálogo más complejo, un inventario más completo que aglutinará en una plataforma online, recursos gastronómicos, recursos culturales, eventos… una información completa y que considere a Rioja como lo que es, una única Denominación sin compartimentos, para que esté al alcance de todos. Esto que parece de sentido común, no lo habíamos hecho hasta ahora. Este sería un buen punto de partida de algo que debe ir evolucionando. Todo ello nos llevará a un contacto directo con los diferentes agentes del enoturismo”.  

Al mismo tiempo que se trabaja en esa información global de la Denominación, José Luis Lapuente sostiene que uno de los objetivos primeros de actuaciones es el de la “señalética en el marco de la Denominación que ahora se mueve en la heterogeneidad. Hay determinadas áreas en el que la señalización es atractiva, es orientativa, mientras que en otras se pueda mejorar notablemente. Pues bien, estos objetivos en la colaboración exigen pasos cortos y firmes poniendo encima de la mesa elementos que resulten de interés y que resulten de utilidad también para demostrar que podemos ser socios estratégicos, socios complementarios de otros actores del enoturismo. El Consejo no quiere ningún tipo de protagonismo sino ayudar y eso pasa por no estorbar, por complementar y sobre todo por generar un complemento de utilidad”.

Reportaje completo en el nº216 de La Prensa del Rioja