Cata Bodegas Familiares de Rioja

Más de doscientos profesionales entre sumilleres, distribuidores y prescriptores tuvieron la oportunidad de disfrutar el 9 de marzo de una original cata de vinos de Rioja por terruños, por variedades y por estilos de vino. ‘Rioja al desnudo’ partió de la asociación Bodegas Familiares de Rioja que, aprovechando que en su seno está representada la diversidad de la región vitícola,propuso una cata inédita hasta la fecha con más de un centenar de vinos de 36 de sus bodegas.

‘Rioja al desnudo’ programó un paquete de 20 catas agrupadas por: viñedos singulares; vinos de municipio; comarcas vitícolas (Sonsierra, Iregua, Leza, Najerilla, Yerga…); variedades de uva, incluidas minoritarias como maturana tinta, graciano, mazuelo o tempranillo blanco; estilos de elaboración (maceración carbónica, crianza, reserva, gran reserva, ánfora de barro…); viñedos centenarios e incluso nuevos proyectos y productores jóvenes. Todo a disposición de los profesionales de la restauración y de la distribución del vino que acudieron a la cita en el Palacio de Congresos de La Rioja, Riojaforum, y que pudieron elegir catar los vinos que le interesaban.

Mientras, las 36 bodegas de Asociación que participaron en la iniciativa estuvieron a disposición de los asistentes en los vestíbulos de la planta superior.

Ya por la tarde, las Bodegas Familiares de Rioja presentaron a la sociedad riojana el resultado de la añada de 2019. EL evento, que ha cumplido su XXIII edición permite conocer de primera mano el carácter de los vinos de última vendimia, que, a falta todavía de calificación oficial por parte del Consejo Regulador, “es una de las mejores de la década” según declaró Ana Jiménez, gerente de la asociación, en la rueda de prensa de presentación del evento.

Ana Jiménez estuvo acompañada por representantes de los de las bodegas de la Asociación, Jesús Manuel García, de Bodegas Mazuela, y Pedro Peciña, de El Vino Pródigo. Ambos dieron pinceladas sobre una añada que se saldó con una producción de 385,7 millones de kilos de uva, 43,2 millones de variedades blancas y 342,5 de uvas tintas. La vendimia se inició el 21 de agosto, seis días antes que en el año 2018, en Alfaro y Aldeanueva de Ebro con tempranillos blancos y concluyó el 30 de octubre en la Finca El Ternero. Pese a que también se registraron incidencias meteorológicas, con una helada de radiación la madrugada del 6 de mayo, que provocó daños en La Rioja Alta y Alavesa, o una fuerte tormenta de pedrisco el 8 de julio focalizada en las zonas de Ocón y Ausejo, en La Rioja Oriental, la cosecha estuvo marcada por el excelente estado sanitario de las uvas y, más, después de las complicaciones con el mildiu que hubo en la cosecha anterior.

 

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