Cualquier empresa familiar precisa culminar con éxito el relevo generacional para garantizar su supervivencia. En el sector del vino resulta especialmente significativo, dado el predominio abrumador de este modelo empresarial, que no es exclusivo de las pequeñas bodegas, como cabría pensar, sino que alcanza a las mayores empresas del sector, muchas de las cuales se identifican con el nombre y apellidos de sus propietarios.

Texto Javier Pascual Corral

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