Con su dedicación contribuyó a la consolidación de SAVIN, posteriormente Bodegas y Bebidas, transformó Bodegas Campo Viejo e impulsó marcas como Viña Alcorta y Marqués de Villamagna.
Jose Bezares, Josechu, una persona decisiva en la historia del vino de Rioja, en una de las páginas del libro publicado con motivo del 50 aniversario de Campo Viejo, realizado por Ediciones La Prensa del Rioja.

IN MEMORIAM

Por Francisco Díaz Yubero

Escribir unas líneas sobre una persona con la que has convivido durante cuarenta y nueve años, debería de ser una tarea fácil, pero en el momento de su desaparición se hace realmente difícil. Son tantas las vivencias y recuerdos que resumirlas es imposible. Cuando Demetrio Ortega, su gran amigo y fiel escudero, me comunicó el fallecimiento de Josecho, no lo nombró, únicamente me dijo: “se nos ha ido el amigo” y eso era la todos nosotros, un gran amigo.

En las noticias que han aparecido sobre su desaparición, se ha glosado su amplia y exitosa carrera empresarial, pero la que me ha parecido que más resumía su trayectoria ha sido la del periódico La Rioja que llevaba por titular: Fallece el empresario riojano José Bezares, un gigante del Rioja.

El desarrollo de las empresas y de los sectores económicos, no se realiza por generación espontánea, sino que es el resultado del trabajo de personas que dedican su esfuerzo al desarrollo de su empresa y al desarrollo del sector en el que realizan su actividad. José Bezares, hombre con una gran capacidad de trabajo, no regateó esfuerzos en ello y el resultado fue el éxito y el reconocimiento general. En la historia de vino de Rioja siempre aparecerá Josecho.

Con su dedicación contribuyó a la consolidación de SAVIN, posteriormente Bodegas y Bebidas, como una empresa líder del sector del vino en nuestro país, juntamente con Juan Alcorta y José Ortigüela. Particularmente, contribuyó a convertir y transformar Bodegas Campo Viejo, que pasó de ser una bodega grande de Rioja a ser una gran bodega de Rioja. Tuvo la visión de impulsar marcas como Viña Alcorta y Marqués de Villamagna, para destinarlas al mercado de hostelería, diferenciándolas de las marcas dedicadas al mercado de la alimentación.

Dedicó muchas horas a establecer una relación fluida con los proveedores de uvas y vinos, a los que llamaba clientes, como pieza fundamental para el desarrollo del negocio, pero también como base de la calidad de los vinos producidos. Esta política la completó con el impulso de la realización de grandes plantaciones de viñedo, filosofía que fue continuada por numerosas empresas del sector Rioja. Así mismo, comprendió la necesidad de crear un marco estable para el precio de la materia prima, estableciendo contratos plurianuales con los diversos proveedores, siendo su empresa la pionera en esta tarea.

En el aspecto institucional dedicó muchas horas al Grupo de Exportadores y al Consejo Regulador como vocal. José fue una de las personas que impulsó la compra de una sede para este último organismo, que hasta entonces había estado en sedes prestadas o alquiladas. Siempre fue un hombre de consenso y por ello tuvo el respeto de todos.

Quiero resaltar sus dotes de gran catador y su extraordinaria memoria para recordar defectos y virtudes de los vinos que iban a ser seleccionados para su compra, oficio que había aprendido con otras personas del sector entre las que me citó muchas veces a D. Valentín Suso.

Josecho, qué bien lo pasábamos en aquellos viajes que hicimos juntos para ver instalaciones de bodegas por todo el mundo, a ferias, a clientes de exportación y cuántas vivencias hemos tenido. Siempre te tendré en mi recuerdo como la persona tan especial que siempre fuiste para todos y, particularmente, para mí.