El mundo del vino a sorbos

El vino blanco ha vuelto a la actualidad a través de la entrega de los Premios Eco Vinos 2017, convocados por el Gobierno de La Rioja a través de su Consejería de Agricultura, ya en convocatoria internacional y con cata popular que tuvo un merecido éxito en la Bodega institucional de La Grajera.

Antonio Egido

Por ello hemos acudido al buscador para solicitarle entradas en páginas al reclamo de “el futuro del vino blanco” encontrándonos en primer lugar con la página ‘lomejordelvinoderioja.com’ que nos ofrece el titular “El futuro será blanco”, reproduciendo las palabras dichas por el sumiller Carlos Echapresto para seguidamente dar sus razones: “hay una gran oportunidad en los vinos blancos. En primer lugar tenemos que valorarlos en su justa medida. De hecho, en cuanto nos demos cuenta de que un vino blanco puede valer dinero, tanto como un tinto, entonces comenzaremos a entender un poco más Rioja. Monovarietales de garnachas, jugando con otras variedades y otras fórmulas de elaboración ofrecen grandes respuestas de cara al futuro”. Y hay más, ya que según Carlos, los vinos blancos de Rioja maridan mucho mejor que los tintos con nuestra gastronomía. “Tradicionalmente teníamos una cocina muy basada en la legumbre, el cocido y el guiso, que se armonizan con el vino tinto. Hoy en día, la cocina es mucho más ligera, hay más verdura, presumimos de contar con una gran huerta y la tenemos durante todo el año. Está claro que esos alimentos maridan mucho mejor con el vino blanco”, explica. Carlos Echapresto, además, está muy enamorado de este tipo de vinos: “La mayor parte conoce a Rioja y la identifica por sus vinos tintos, pero la historia de los grandes vinos de Rioja sería incomprensible sin sus grandes blancos, majestuosos vinos históricos maravillosos”.

En ‘elmundovino’ reproducimos los comentarios de Luis Gutiérrez con el título “Blancos de Rioja: regreso al futuro” donde leemos que “¿Una Denominación? Rioja. ¿Un color? Tinto. Sí, serían las respuestas más habituales si preguntamos por vinos en nuestro país. Los tintos han ido evolucionando, del método ancestral de maceración carbónica a los producidos según la receta bordelesa de crianza en barrica, extremo que se exageró debido al aumento de rendimientos, se volvió a los orígenes a partir de los 90, con la consiguiente exageración de la ‘alta expresión’, y ahora parece que se calman un poco las aguas. ¿Blancos? Sí, sí, blancos, que también se producen, y han tenido su historia, sus altibajos, e incluso ahora mismo, se están produciendo algunos cambios más que interesantes en la denominación señera de nuestro país…

¡Los blancos están resucitando!

Los blancos, llamémosles tradicionales, eran fermentados en tinas, hecho con uvas más o menos neutras de la casta viura, con alta acidez, que requerían el aporte de la madera durante una larga crianza en barrica para obtener su carácter. A menudo pasaban crianzas de años, incluso decenios. Eran vinos de color dorado, con notas de caramelo, natillas, café con leche… Vinos especiales, vaya”. 

Recuperamos en ‘miciudadreal.es’ un comentario de hace ya algo más de tres años en el que el periodista, catador y consultor experto en el mercado alemán y habitual colaborador del ICEX y otras instituciones españolas, David Schwarzwalder, indicaba que Alemania es el primer consumidor de vinos espumosos del vino, el cuarto consumidor de vinos en cifras totales y el principal destino de las exportaciones españolas.

“Schwarzwalder ha destacado que el consumo de vino en casa sigue siendo importante en Alemania y ha añadido que “Alemania no podrá satisfacer su propia demanda de vino blanco ni en este año ni probablemente en el futuro”. En este sentido, ha asegurado que “los alemanes han dejado de despreciar a los productores blancos del Sur de Europa porque ven la necesidad de cubrir su demanda” y ha añadido que los alemanes buscan el vino blanco, joven, equilibrado, con cierta acidez, afrutado y no muy cargado de alcohol, por lo que ese podría ser el futuro para pequeños productores.

Como conclusión, Schwarzwalder ha resaltado que el mercado alemán es un mercado prioritario, en crecimiento, con recuperación del consumo de vinos de mayor calidad y precio, pero con una gran competencia de vinos de todo el mundo y consumo de vino alemán, en un entorno de enorme sensibilidad al precio”.

Y finalmente nos quedamos con un vino blanco especial como es el txakoli que también buscaba su hueco en el mercado, especialmente el público joven, como leemos en el ‘deia.com’ de abril de 2016: “Por tierra, mar y si hace falta el año que viene por aire y “nos echamos en parapente”, bromeaba Iñaki Aretxabaleta, presidente de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. “Para el txakoli no hay imposibles y cada vez se extiende más”, destacó Aretxabaleta. El caldo dorado llegó a Bilbao surcando la ría con una imagen renovada con el objetivo de captar a un público más joven. “Es el futuro”, indicó.

Productores y elaboradores realizaron un brindis en un barco que recorrió la arteria bilbaína hasta el pantalán cercano al Ayuntamiento. Allí, con el sonido del txistu y el tamboril de fondo, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la diputada foral de Sostenibilidad y Medio Natural de Bizkaia, Elena Unzueta; el viceconsejero de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno vasco, Bittor Oroz, y el director de Calidad e Industrias Alimentarias y Desarrollo del Gobierno vasco, Peli Manterola, entre otros, recibieron a los productores del txakoli”.

Vinos blancos de aquí y allá pero, lo que es más importante, con futuro, con mucho futuro.