Martín Torroba ha sido un gran impulsor de la modernización del etiquetado del vino.

Martín Torroba, presidente del Grupo Argraf, ha fallecido el mismo día que cumplía su 71 aniversario, dejando huérfano al gremio de Artes Gráficas español de uno de sus más brillantes representantes. Su gran visión de futuro ha llevado al modesto negocio familiar creado por su padre Lucio Torroba en 1939 al liderazgo a nivel europeo en el diseño e impresión de etiquetas para el sector del vino. Un éxito profesional que complementaba a la perfección con su gran humanidad, altruismo y compromiso social, como el que demostró participando durante muchos años en la vida pública como uno de los máximos responsables del Partido Popular en La Rioja.

Texto: Javier Pascual

Aseguraba Martín en una de las primeras entrevistas que concedió a La Prensa del Rioja hace más de veinte años que “la etiqueta es el vestido, el escaparate, el primer contacto con el consumidor, la base de información con la que se comunica un vino y un elemento muy importante dentro del marketing». Su profundo conocimiento del mercado del vino le permitió orientar hacia este sector la actividad de la imprenta familiar, especializándose en el etiquetado y desarrollando de forma pionera a partir del año 2000 el etiquetado autoadhesivo. Convencido de la importancia de la imagen exterior del producto para su éxito en el mercado, Martín Torroba ha sido un gran impulsor de la modernización del etiquetado del vino, innovando permanentemente con la introducción de nuevas tecnologías de impresión que permitieran abrir el abanico de posibilidades en cuanto a diseño y formatos a la hora de vestir de etiqueta a un vino.

«Hay tantas marcas en el mercado, que hoy en día es fundamental la diferenciación en las estanterías del punto de venta, una diferenciación que puede conseguirse a través del tipo de papel, de acabados con relieves, efectos UVI, estampaciones…» Esa inquietud por la innovación le llevaba a invertir sistemáticamente en I+D+i y tecnología de última generación -8 millones de euros en los tres últimos años-, manteniéndose a la vanguardia de las nuevas técnicas de impresión y etiquetado no solo para conseguir incrementar su nivel de competitividad y eficiencia, sino principalmente su capacidad de aportación de valor a la etiqueta, ofreciendo a las bodegas servicios exclusivos que ningún otro proveedor podía ofertar en España. Sirva de ejemplo la incorporación que nos anunciaba a comienzos del pasado año de la mayor máquina de impresión de Europa, con 10 cuerpos de impresión flexográfica y uno de estampación plana GIETZ, además de múltiples acabados en línea.

“El espíritu emprendedor e innovador, el esfuerzo inversor y un equipo humano con alta cualificación profesional son los valores en los que basamos nuestra vocación de crecimiento” afirmaba Martín Torroba al mostrarnos con orgullo los datos que evidencian la vertiginosa evolución experimentada desde que en 1978 fundó Argraf. Hoy viste 2.500 millones de envases al año, 800 millones de los cuales corresponden a botellas de vino, sus instalaciones albergan 20 máquinas de impresión en pliego y en bobina, con 102 cuerpos, y 18 cuerpos de estampación y acabado, y cuenta con cerca de 140 personas en su plantilla.

Nuestro más sentido pésame a la familia de Martín Torroba y nuestros mejores deseos de éxito a su hijo Alberto, que desde hace algún tiempo había tomado las riendas del negocio, perfectamente arropado por un gran equipo de profesionales, entre los que cabe destacar la presencia de varios miembros de la familia Torroba.