Pionera en la creación de un Departamento Técnico que trabaja para satisfacer las necesidades del cliente final, J.Vigas S.A mantiene como política de empresa la mejora continua, una apuesta que a lo largo de sus más de 125 años de historia, se ha visto reflejada en la homogeneidad, tanto visual como física y sensorial de los lotes fabricados. Con esta finalidad ha ido adquiriendo la más moderna tecnología para aplicar durante el proceso productivo. Por ejemplo, en el año 2014 incorporó una segunda máquina de marcaje a láser y a principios de este 2015 una máquina de selección electrónica de última generación.

 

J.Vigas S.A apuesta por su Departamento Técnico, no sólo incorporando profesionales cualificados, (biólogos, químicos y enólogos) sino también adoptando técnicas analíticas cada vez más precisas para el control de su producto. Atendiendo a las necesidades del sector vitivinícola adquirió, a finales del año 2014, la tecnología necesaria para poner en marcha dos líneas de estudio importantes para el sector.

La primera línea es el estudio del color y para ello incorporó al departamento, un espectrofotómetro de UV-Vis.

La segunda línea es el estudio de desviaciones sensoriales que actualmente preocupan al sector. Ya no es sólo el tema del TCA sino cualquier otra desviación sensorial que pueda afectar a la calidad de un vino. Con la finalidad de trabajar en esta dirección J.Vigas S.A ha incorporado un segundo cromatógrafo de gases-masas de máxima sensibilidad, que hace posible bajar los límites de cuantificación de los analitos que ya controla rutinariamente con el primer cromatógrafo del que dispone desde el año 2006.

Dentro de la investigación en el campo del análisis sensorial, con este segundo cromatógrafo de última generación J.Vigas S.A está realizando un estudio de muestras, tanto de corcho como de vino, que presentan desviaciones sensoriales. El objetivo es identificar cuáles son, independientemente de cual sea el origen de la desviación, y desarrollar métodos específicos para analizarlas. El nuevo equipo además está preparado para introducir mejoras en la preparativa de la muestra y, en un futuro, otras técnicas como por ejemplo el Twister, técnica más rápida que las convencionales y hasta 1000 veces más sensible que la SPME (microextracción en fase sólida), con el objetivo de poder bajar más, los límites de cuantificación y detección de los métodos puestos a punto.