El embajador de España en México, Luis Fernández-Cid, ha presidido el evento organizado por Bodegas Riojanas en la capital azteca con motivo de la celebración del 125 aniversario de la fundación de la histórica firma bodeguera. Un evento gastronómico al que han asistido periodistas y clientes de la bodega, que ha contado con la colaboración de los hermanos Echapresto, responsables del restaurante riojano con estrella Michelín Venta Moncalvillo, para ofrecer un menú excelentemente maridado con los vinos de Bodegas Riojanas y que fusionaba la rica gastronomía mexicana con el peculiar estilo de la cocina riojana. La sorpresa final, para regocijo de todos los invitados, fue la cata del emblemático Monte Real de la cosecha 1964, la mejor añada de la historia de Rioja en opinión de muchos expertos.  

El presidente de Bodegas Riojanas, Luis Zapatero, y el director general, Santiago Frías, destacaron en sus intervenciones la importante relación comercial que vincula desde muy antiguo a la bodega con México, país en el que hacia el año 1930 ya contaba con 30 comisionistas o importadores. Un dato significativo del espíritu exportador que desde su fundación en 1890 ha animado siempre a Bodegas Riojanas y que le llevó a ser cofundadora del primer Sindicato de Bodegas Exportadoras de Rioja en 1907. México ocupa actualmente el octavo puesto del ranking de importadores de vinos de Rioja y en el pasado año 2014 registró el mayor incremento porcentual de ventas (+27,61%) de todos los países a los que exporta la D.O. Ca. Rioja. Es un mercado que aprecia especialmente las categorías de reservas y grandes reservas de Rioja, segmento en el que Bodegas Riojanas tiene una cuota notablemente superior a la media de la D.O.
 
El cocinero Ignacio Echapresto ha explicado que la elección del menú servido en el restaurante Club Piso 51 de la Torre Mayor fue muy medida, siempre partiendo de la base de que los verdaderos protagonistas debían ser los vinos y su perfecto maridaje con los diferentes platos. «Quería darle a cada plato un carácter nuestro, una identidad riojana, pero a su vez que tuviera cierta fusión con México», afirma poniendo como ejemplo el plato de ‘lomo de huachinango con salsa riojana y cilantro’ («un producto tan típico en México como el cilantro unido a una salsa muy clásica de nuestra cocina»), que se maridó con un Monte Real Gran Reserva y el postre de mango al vino tinto, en este caso cambiando el mango por el melocotón, que se sirvió con Viña Albina Blanco Semidulce Reserva.