La Academia Riojana de Gastronomía dio la bienvenida al verano de la mejor forma que estos amigos de la gastronomía podían hacerlo, acudiendo al restaurante logroñés Delicatto para disfrutar de una cena que tuvo sus previos en un cóctel a base de mejillones bravos, croquetas caseras de jamón ibérico, cochifrito sobre compota de manzanas y ‘din sum’ de vegetales y foie.

 

El presidente de la Academia Riojana, Pedro Barrio, dio la bienvenida al medio centenar de académicos, acompañantes e invitados que asistieron a esta cena especial ‘fin de curso’, que la Academia organiza por primera vez. Como invitados estaban presentes el director del diario La Rioja, José Luis Prusén que semanalmente publica el monográfico Degusta, así como el cocinero del restaurante Venta Moncalvillo, Ignacio Echapresto, en representación de su hermano, el sumiller Carlos Echapresto, dos candidatos riojanos propuestos por la Academia Riojana a los Premios Nacionales de Gastronomía en las categorías de Mejor Publicación Periódica en Papel y Mejor Sumiller, respectivamente, junto a la Fundación Vivanco que opta al Premio Especial.

La cena, desarrollada en un ambiente de cordialidad, conversación y encuentro, tuvo como platos especiales el chugrut de plátano, vieira y escabeche; lacas de bacalao, tomate asado, aceituna negra y sopa fría de almendras y paletilla en dos cocciones braseada y patata trufada. Todo ello regado con vino blanco Puerta Vieja y un tinto Monte Real crianza, ambos de Bodegas Riojanas.

Antes de los cafés los comensales disfrutaron de un helado de yuzu y un excelente pan con azúcar y vino de la Denominación Rioja, sobre el que el prestigioso cocinero Ventura Martínez comentó que “era un postre basado en el recuerdo, en sus recuerdos y de forma especial, cuando sus padres y abuelos le daban para merendar aquellas rebanadas de pan con vino y azucar”.

 

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