Texto: Antonio Egido

A pedir de boca, el Riojafórum acogió la final de la XVII edición del Concurso de Pinchos, organizado magníficamente por La Rioja Capital. Escenario con cocina incluida, diez participantes en la final para terminar de preparar sus pinchos delante del público, pantallas que permitían una visión perfecta de las elaboraciones, un jurado en su papel con cocineras prestigiosas, un relato para cada uno de los pinchos por parte de sus creadores –uno mejores que otros en la narración–, una organización medida, incluso la degustación de una tapa –ganas tenía de meter esta palabra que me parece mejor que la de pincho al ser más genérica y definitoria– de pan cristal con pimientos y un pincho –nunca mejor utilizado el nombre– con aceituna, guindilla y anchoa (pinchadas) regadas con vino de La Grajera, palabras de algunos de los miembros del jurado itinerante y un resultado satisfactorio para todos.

El jurado, compuesto por las cocineras Elena Arzak y Eva Arguiñano; por el crítico gastronómico Mikel Zeberio; Carolina Sánchez del restaurante Íkaro y Jorge Adán, profesor de la Escuela de Hostelería de Santo Domingo de la Calzada, premió la «Delicia de Arnedo», una manita de cerdo rellena de borrajitas confitadas con jamón ibérico con crujiente de patatas a la riojana, del bar Sopitas de Arnedo, con el «Delantal de Oro»; el «Delantal de Plata» recayó en Umm Food and Drink, de Logroño, por su «Ko-cocha», elaborado con kokotxa de bacalao, oreja y piel de cerdo, callos de bacalao, pimiento seco y pimentón y el «Delantal de Bronce’ fue para el bar Arriero Tapas, de Sorzano, por su pincho «Canutillos», elaborado con alubia de Anguiano y chorizo riojano. Además se entregó una mención especial, no prevista, para Flor y Nata, de Calahorra, por su «Corte de ternera con crujiente de sopas de ajo», elaborado con ternera, vino, cebolla, zanahoria, puerro y pimiento verde, rojo y choricero.

Tres premios más se concedieron: el del “Pincho Tradicional” fue para el bar La Judería de Nájera, por su «Solomillo a la riojana», elaborado con solomillo de cerdo, champiñones, puerro, patata y aceite; la “Tapa Capital” –mejor pincho elaborado con Alimentos de La Rioja– que se la llevó el bar Miguel de Santo Domingo de la Calzada, por el «Cucurucho riojano», elaborado con panceta, puré de patatas, mermelada de chorizo y queso de los Cameros y la mención “Pincho Popular”, elegido por el público, que recayó en «El pimiento que se hizo sepia», del bar De Perdidos al Ríos de Logroño, compuesto de pimiento de piquillo verde, sepia, gambas, besamel, huevo, brandy, tinta de sepia y puerro.

Finalmente el galardón “Palillos de honor”, con el que se homenajea a las personas que han trabajado en pro de los pinchos en La Rioja, fue para Casa Masip de Ezcaray.

La juventud en los fogones

Todos estos manjares fueron elaborados, principalmente, por cocineros muy jóvenes –o a mí me lo parecieron– y con tantas ediciones a las espaldas lo mismo es el momento de que la organización vaya poniendo cotos, o no, pues de la idea primitiva de la tapa que se toma de un bocado, aunque su presentación se haga en pincho, me parece que podemos terminar en lo que es conocido como medias raciones o en su caso, algún primer plato.

El “Delantal de Oro” está dotado con 1.500 euros; el “Delantal de Plata”, con 800 euros, y el “Delantal de Bronce”, con 500 euros. El Premio Especial del Jurado al “Pincho Tradicional”, y las menciones al “Pincho Capital” y al “Pincho Popular” están dotadas con 300 euros cada una.

El jurado itinerante encargado de elegir los 10 finalistas estuvo compuesto por representantes de la Escuela de Hostelería Camino de Santiago de Santo Domingo de la Calzada, de la Asociación de la Prensa de La Rioja, de la Academia Riojana de Gastronomía, de la Cofradía del Vino, de la Sociedad Micológica, de la Universidad Popular y de blogs gastronómicos, visitaron los 68 establecimientos participantes de Logroño, Arnedo, Calahorra, Fuenmayor, Igea, Haro, Nájera, Pradejón, Pradillo, Santo Domingo de la Calzada y Sorzano.

El bar Sopitas de Arnedo podrá participar en la preselección gastronómica del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas “Ciudad de Valladolid” y contará automáticamente con un punto de valoración más que el resto de concursantes por ser ganador de un concurso regional. Además, se le facilitará los trámites de inscripción y se le sufragará los gastos de desplazamiento para asistir a la fase previa, al margen de otras ventajas que aporta la organización del concurso nacional. Este hecho, por supuesto, no invalida la participación de otros concursantes riojanos.