vino y yoga
Sesión de yoga en Bodegas Baigorri, con vistas al espectacular paisaje que rodea la bodega

El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido

En las 318 semanas de contacto que vengo realizando contigo, he procurado ofrecer muy diferentes temas, y he trabajado para no repetirme en ninguna de  ellas, lo que les puede dar idea de la importancia del vino como cultura, relaciones sociales o aportaciones a la salud. No obstante tengo que confesarle que hay semanas en que me quedo sin ideas para pedirle al buscador y con él desarrollar esta colaboración que tiene como objetivo ir conociendo lo que en Internet se escribe sobre este producto que tiene muchos, muchos adeptos, a los que espero sorprender cada semana.

No obstante tengo que indicar que esta semana el sorprendido he sido yo. No en vano he empezado a poner la frase vino y… en mi buscador y pensando lo que iba a buscar, me he visto sorprendido por Internet que me decía, entre otros resultados, uno que me ha picado la curiosidad: “vino y yoga”, sí, como les escribo. “vino y yoga”. Obviamente la curiosidad del periodista ha sido reclamada y he solicitado resultados a esta expresión, que son, ni más ni menos que 19.700.000.

Me quedo con el primero en ´vinopack.es´ que atiende al titular “Vino y yoga, razones para combinarlos”, donde leemos: “La obtención de una mente serena y un cuerpo fuerte, flexible y saludable, ¿son los objetivos que te habías planteado alcanzar? Imagínate que aparecen en forma conjunta, sencilla y natural. ¡El yoga! Los beneficios del yoga son reconocidos en todo el mundo. Si además del yoga, conoces las propiedades de una copa de vino y aprecias el entorno natural de sus viñedos, podrás disfrutar de la esencia perfecta del mundo del vino combinado con el yoga.

Aunque existen distintos estilos de yoga, pongamos como ejemplo el “Ashtanga Vinyasa Yoga”. Vinyasa significa literalmente “movimientos sincronizados con respiración”. En otras palabras, la esencia de esta práctica está en coordinar los movimientos del cuerpo con la respiración. Mediante este principio básico, nos aseguramos que el organismo entero, mientras está en actividad física, esté constantemente oxigenado. Aunado al Ashtanga que sigue una particular serie de posturas, se convierte en un yoga muy activo, dinámico y fuerte. Una práctica que se verá potenciada en un entorno de aire puro y natural como son los campos de viñedos.

  1. Aumentan la inmunidad

Vino o yoga, es terapéutico. La asidua práctica del yoga se recomienda para tratar una serie de enfermedades crónicas como las cardíacas, además de las tensiones e inclusive para la pérdida de peso. El vino, debido a la cantidad de polifenoles que presenta, ofrece múltiples beneficios para la salud. Tomar una copa de vino tinto diariamente tiene un efecto “protector” del organismo. Previene enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento prematuro de las células de la memoria. Favorece también la asimilación de las proteínas y ayuda a bajar la masa corporal. Mejora la piel, previene y disminuye las alergias por sus propiedades antihistamínicas… Se puede decir, que la lista de los efectos positivos del vino sobre el cuerpo, es mayor de la que se podría imaginar. En este sentido, combinar yoga y vino sería el cocktail “mágico” para vivir más años.

  1. Enriquecen las relaciones

El vino es un entusiasta canto a la vida. Compartir el gusto de una buena botella de vino sólo enriquece la experiencia. Siempre son buenos recuerdos. Te ata al alma de esta persona, este amigo, este hermano que levanta su copa para brindar contigo. El yoga sigue la misma filosofía. Ambos son factores de sociabilidad, permiten vivir mejor con mayor conciencia de uno mismo y del entorno. El yoga es un camino para alcanzar el bienestar físico y mental. Ayuda a unirse a los demás. Practicar yoga tú solo, no te proporciona esta sensación de conexión con la energía de un ser querido a tu lado. Conectar con otros a través de los placeres de la vida, es contribuir positivamente a su propia vida y la de gente cercana.

  1. Permiten nuevas experiencias

Al igual que existen distintos tipos de yoga, también podemos elegir entre miles de vinos y localizaciones de viñedos. Esta increíble diversidad, conecta de alguna manera ambos mundos. El vino tiene un sinfín de alternativas, colores, aromas y sabores. Estas combinaciones te hacen sentir cada paladear, cada sorbo de vino. Cada vino es otro mundo. Al igual que el vino, el yoga es un proceso de maduración, una evolución personal, además de las cientos de “asanas” o posturas de yoga que descubrir. El yoga ayuda a sentir la fuerza que nos da la inhalación profunda y la colocación que se estabiliza con la exhalación. El oxígeno continuo optimiza los beneficios de cada postura. Ofrece al cuerpo y a la mente, un constante flujo y renovación. El vino o su entorno, se convierte en el compañero perfecto del yoga”.

Nos pasamos a ´as.com´ donde Laura Martin Sanjuan anuncia que “la última moda en el mundo del yoga en Nueva York son clases para no puristas, donde el vino y la cerveza son protagonistas, deberás hacer las diferentes posturas con una copa en la mano”.

En el cuerpo de la información nos indica que “lo hemos visto en Business Insider, donde podéis ver en este vídeo de lo que estamos hablando. Es la evolución del yoga, clases donde la cerveza, (en este caso), y el vino, una nueva tendencia que está surgiendo en Nueva York, parecen ganar cada vez más adeptos.

Se trata de clases donde el equilibrio es casi lo más importante. Por supuesto, en estas modalidades está descartado el Bikram Yoga del que os conté la experiencia el otro día, ya que beber a más de 40 grados es realmente desaconsejable.

Lo que hemos visto en estas clases de yoga con cerveza y yoga con vino es algo casi más social que una actividad donde la concentración y los asanas son algo diferentes. Los asanas son las posturas, y si estás más ocupado en que no se caiga la copa pues estás haciendo otro deporte.

En Estados Unidos las clases de yoga con cerveza llevan varios meses. No es para los más puristas del yoga, es más para divertirse mientras realizas estiramientos.  Y en Nueva York es donde han dado nombre al primer Beer Fit Club, estar en forma, realizar movimientos similares al yoga y tomarte unas cervezas.

Drunk Yoga es el club del vino. Hay que reconocer que igual todos nos estiramos más si al final de nuestra esterilla nos espera un rico trago de buen vino. Porque puestos a ponernos en forma, habrá que beber una buena copa, ya que sólo va a ser una, del mejor vino. Eli Walker es la creador de esta idea de vino y yoga. Conoció a un antiguo jefe que quería estar más en forma, pero no lo conseguía. Eso sí, sí había bebido, podía tocarse los dedos de los pies. Y ahí surgió la idea del Drunk Yoga”.

Y finalmente nos quedamos en ´bookyogaretreats.com´ que nos ofrece “Retiros de vino con yoga. Sírvete una copa y disfruta de una clase de yoga en un retiro de vino y yoga”, acompañados de viajes a países y ciudades tan distantes de España como atractivas. No obstante nos hemos quedado en nuestro país y esta es una de las ofertas que hemos encontrado:

“6 días de retiro de meditación, creatividad y yoga. Retiro de yoga en España. En este retiro practicarás meditación, creatividad, consciencia y silencio, encontrarás espacio y tiempo para recuperar tu paz natural. Aprenderás a meditar y a re-crearte (transformarte) a través de las técnicas de mindfulness y de creatividad. Comerás sano. Aprenderás a pensar, sentir y actuar conscientemente y saludablemente. Restablecerás tu horario biológico natural de comida, actividad y sueño. Desplegarás tu ser puro y verdadero.

Destacado del retiro: 5 sesiones de yoga Nidra. Paseos conscientes y talleres.

Sesiones de meditación diarias. 5 noches de alojamiento. Todas las comidas.  Tiempo libre

Yoga estilos: Nidra y Kashmir.

El retiro propuesto es en la localidad de Segura, provincia de Tarragona”, completando la información con la actividad diaria y por supuesto la alimentación que ofertan. Una forma diferente, pues de disfrutar de las vacaciones de este año.

Ya lo ven, hemos saciado nuestra curiosidad y volvemos a darnos cuenta de que el mundo del vino lo invade absolutamente todo, lo que demuestra que es uno de los elementos culturales de este país. Brindemos hoy por ello.