Vino y cine

(O cómo el cine puede catapultar al éxito una marca de vino)

El Descorche de La Prensa del Rioja
Texto: Javier Pascual / Director de La Prensa del Rioja

#ConUnRiojaEnCasa.

Seguramente pocos recordarán que ‘Oro Fino’ fue el primer y único intento de llevar al cine el mundo del vino de Rioja, fallido intento de hace tres décadas (1989), cuando Marcos Eguizábal triunfaba con el Logroñés en Primera División y pensó que produciendo esta película catapultaría las ventas de Paternina. Dirigida por José Antonio de la Loma, llegó a estrenarse en el Cine Sahor de Logroño, y como la propia sala de cine poco después, se esfumó sin dejar huella.

La idea, como casi todas las de este empresario riojano hecho a sí mismo, era pionera, pues pocos años después pudimos ver cómo una película americana lograba catapultar al éxito los vinos de la variedad francesa pinot noir. “Gracias a ‘Entre copas’, el pinot noir va de cine”, escribía Matthew Verrinder de la agencia REUTERS. “A los consumidores de EEUU se les hace la boca agua con la escena en que Miles (Giamatti), un escritor fracasado y neurótico, predica las sutiles exquisiteces del pinot noir a Maya (Madsen), en un intento por seducirla con sus conocimientos enológicos”. A medida que la película, seleccionada para los Oscar, se ponía de moda, las ventas subieron vertiginosamente. “Los consumidores estadounidenses compraron un 22 % más de pinot noir durante las cuatro semanas de Navidad, siendo el ganador el californiano Blackstone Pinot Noir de Constellation Brands Inc., cuyas ventas subieron un 147 % respecto al año anterior durante las doce semanas posteriores al estreno de la película el 22 de octubre”.

La película “Sideways” (Entre copas), de Alexander Payne, sigue al depresivo Miles, un maestro y escritor fracasado, durante sus vacaciones con su mejor amigo la semana anterior a la boda de éste. Pero sobre todo cuenta la historia de la pasión de sus personajes por el vino y lo hace con unos diálogos inteligentes y unas preciosas imágenes de la región vitivinícola de Santa Bárbara dónde se desarrolla la acción. El director, un “entusiasta del vino”, dijo que no pretendía que la película hiciese más adeptos al vino, pero si consideramos su éxito, “es que necesitamos buscar cosas en nuestras vidas que nos unan y dos de ellas son el vino y el cine”, aseguraba. ‘Entre copas’ es “una buena película sobre los viñedos y la humillación de la mediana edad” escribió Mike Hodgkinson en The Guardian, “y ha atraído a los viñedos de California a una legión de amantes de los viajes por carretera dispuestos a revivir algunos de sus momentos más memorables”. Impagable promoción enoturística.

El crítico del San Francisco Chronicle constataba “lo poco que la mayoría de los americanos sabemos sobre el vino” y lo mucho que podía hacer el cine para remediarlo”. “Nuestra ignorancia colectiva está superada por nuestra ausencia de conexión emocional con el fruto de la viña. Elitista, caro, frío – ¿me atrevería a decir francés? – el vino se ve como un club cerrado. Los escritores de vino y otros profesionales proselitistas predican en el desierto. Pero existe un medio poderoso, hasta ahora poco explotado, que puede abrir brecha en esta frontera emocional: la industria cinematográfica”.

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